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colonia

colonia
No nos referimos aquí al territorio de un pais ubicado en otro lugar, que debe su nombre al latin colonia(m), a partir de la palabra colonus, ‘granjero, campesino, colono’. El valor de colonia que nos ocupa es el del nombre del regalo femenino por excelencia, que tiene en la corbata su complementario masculino, y que es viejo compañero de la Humanidad, dado que se encuentran pruebas del uso de la colonia en infinidad de testimonios y restos literarios y arqueologicos, remontados al Paleolitico.
Centrados en el agua de colonia como perfume más moderno, se afirma que nació en Italia, en el siglo XVII, con el nombre de Acqua Mirabilis, es decir, ‘agua milagrosa’, dado que por entonces se consideraba poco menos que una pocion mágica, de virtudes ciertamente apreciadas, debido, sin duda, a la presencia de plantas y esencias y al alcohol, empleados todavia hoy como febrifugos o como desecantes de la piel grasa, por ejemplo.
Al parecer, y por los constantes viajes de los mercaderes italianos, entre los que destacaba el barbero Giovanni Battista Farina (1685-1766), esta Acqua Mirabilis, llegó a la hermosa ciudad alemana de Kouml;ln, en español Colonia. Esta prospera ciudad, situada al Oeste del pais, a orillas del Rin, y conocida también por su excepcional catedral gotica, ya era famosa entre los romanos por haber nacido allí la emperatriz Agripina la Menor (iquest;15?-59 d. C.), por lo que la ciudad recibió el nombre honorifico de Colonia Agrippina (o Agrippinensis). En la Edad Media el nombre de la ciudad se revitalizó por la leyenda de que entre sus muros se encontraban los sepulcros (o relicarios) de los Reyes Magos de Oriente, y posteriormente volvió a ser famosa por el hecho que nos ocupa, y que se debió a la invasion de la ciudad por las tropas francesas durante la llamada Guerra de los Siete Años (1741-1748).
Ciñéndonos a la historia de la palabra, aquella Acqua Mirabilis se convirtió en el agua de Colonia, o, más exactamente, en eau de Cologne, dado que el barbero Farina y sus paisanos italianos encontraron en los soldados franceses a sus mejores clientes, que iniciaron la moda de regalarla, enviando a su pais frascos del perfume, compuesto por una mezcla de alcohol, zumos de frutas y otros ingredientes, con lo que lo hicieron mundialmente famoso: como suele ocurrir, con la cosa viajaba el nombre y ambos corrieron la misma buena suerte.
Parece que la primera marca de esta eau de Cologne se llamaba 4711 Original Eau de Cologne (elaborada por la casa Muuml;lhens), nombre debido al numero del portal de la calle donde se levantaba la fábrica que elaboraba el producto, mientras que la segunda más antigua se llamó Eau de Cologne Impériale, elaborada por la casa Guerlain para Eugenia de Montijo (1826-1920), la mujer española de Napoleon III, y emperatriz de Francia, lo que explica el nombre.
Con los cambios correspondientes (de envase y quizá de contenido), lo cierto es que ambas marcas siguen en el mercado, pioneras de una interminable sucesion de ellas, combinando entre sí los diferentes tipos de colonias que los expertos establecen segun la cantidad de esencia o extracto de plantas que contengan: eau de parfum, eau de toilette, eau fraiche y la genuina eau de cologne, diferenciadas por ser aromas frescos y de menor permanencia que el auténtico agrave; perfume.

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