Buscar por índice alfabético...

A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z

ESPACIO PUBLICITARIO

cama

cama
El mueble más deseado y disfrutado después de un largo dia de cansancio es uno de los que más elogios recibe en forma de pregunta retorica y laudatoria sobre su afortunada invencion (Pero, iquest;quién inventaria la cama?), y lo triste es que no haya respuesta posible, dado que, como el fuego, los besos, la mesa o el silbido son, más que inventos, descubrimientos, a los que en cada lengua, y esto ya sí es arbitrario, se los conoce con una forma.
Pero no avanzamos mucho más respecto al nombre de la cama porque es uno de esos casos en los que nos separamos e independizamos de nuestros vecinos de forma tal, que parece que el español tuviera otros origenes distintos. Son casos como el de agrave; perro, por ejemplo, que recibe en catalán el nombre de gos, o los de catilde;o, chien o cane en portugués, francés e italiano, respectivamente, cuyo parecido con nuestra voz es inexistente (aunque digamos hambre canina); o como éste de cama, que, si bien en portugués existe la misma forma, está siendo desbancada por leito, como en francés lit o el italiano letto (aunque nosotros también tengamos lecho, litera y hasta letrina), todos ellos del latin lectu(m).
El caso de la voz que nos ocupa es realmente extraño, porque no aparece en muchos diccionarios etimologicos, mientras que otros, en los que se incluye, solo se le atribuye un origen incierto.
Destaquemos, no obstante, que los primeros origenes parecen remontarse al griego, idioma que nos ofrece dos posibilidades: por un lado, y por no hablar de la fantástica cama de Ulises, tallada sobre un tronco de olivo gigante que permanecia enraizado en la tierra, digamos que los griegos más normalitos disponian de unas camas portátiles para viajar, a las que llamaban demya. Pero aquellos que podian permitirselo usaban también otras, generalmente hechas con pieles, que colocaban en la sala principal de la casa para recibir a las visitas, por ejemplo. Este mueble se llamaba chamadys, que va pareciéndose más, aunque quizá estemos hablando más de un sofá-cama, lo cual tampoco tiene nada de extraño. La otra posibilidad del griego nos la ofrece la palabra chamai, que significa ‘por el suelo’, lo cual, perfectamente podria haber producido una metonimia por contacto, porque es ahi, precisamente, donde se ponen las camas, y es el suelo la primera cama natural del hombre. En esta misma idea parecian estar san Isidoro (530-636) y sus famosas Etimologias, en las que, en el capitulo titulado Sobre los lechos y los asientos, afirma lo siguiente:
[…] Cama est brevis et circa terram; Graeci enim jamaí breve dicunt[…], lo cual significa más o menos que ‘la cama es [un lecho] pequeño y a ras de suelo; y es que los griegos llaman chamaí a lo que es pequeño’. Como curiosidad, señalemos que el propio san Isidoro asegura que la voz cama generó la palabra agrave; camisa, porque con ellas dormimos en la cama, lo cual recuerda mucho a lo que ahora llamamos camison, prenda derivada de las antiguas y amplias camisas de noche de nuestros antepasados.
Ciñéndonos, por ultimo, a lo que nos es más proximo, digamos que la palabra nos pudo llegar por el posible latin hispánico *camba, y después cama. La otra hipotesis es que se trate de una voz prerromana, quizá ibera o celtibérica, pero, como deciamos más arriba, con un origen realmente incierto.

Volver al índice etimológico
Avisos google