banco
El edificio que da cobijo a una empresa que presta dinero o que sirve para domiciliar nuestros pagos mantiene la palabra exactamente como su procedencia, dado que esta voz polisémica, es decir, con varios significados, toma su valor del mueble urbano que sirve para sentarse en jardines, parques y plazas. Y era precisamente en esos lugares donde se desarrollaban, como otras muchas, las primeras actividades de transacciones monetarias. Parece probado que fue san Carlos Borromeo -nada menos que arzobispo de Milán y sobrino del papa Pio IV- quien, allá por el siglo XVI, institucionalizó en Italia lo que conocemos como la banca actual, y es también del italiano de donde nos viene la palabra banca, si bien lo hace a partir de una voz germánica bank, ya asimilada en todo el Imperio Romano de Occidente en latin vulgar.
Fenomeno similar sufrió banquete, del francés antiguo banquet, que no es sino diminutivo de banco (también del germánico bank), porque la palabra se referia al principio a los bancos colocados alrededor de las mesas para celebrar una comida especial.
