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ajedrez

ajedrez
El legendario y emblemático juego de la estrategia por excelencia, metáfora de metáforas bélicas y referencia de infinitas ideas sobre la táctica militar nos llego, con otros muchos regalos culturales, de la mano de los árabes, quienes, a su vez, lo habian conocido y adaptado en Persia, si bien sus primeros origenes se remontan a la India del siglo V.
En lo que respecta a la presencia del juego en España, podemos afirmar que ya en 1010 aparece citado un juego de scachs (forma antigua de escacs, ‘ajedrez’ en catalán) en el testamento de Armengol I (992-1010), conde de Urgell, y que en 1283, el rey Alfonso X el Sabio (1221-1284) escribió los Libros de accedil;edrex, dados e tablas, inspirados en los originales árabes, y que constituyen realmente el mejor y más hermoso tratado medieval sobre este juego. Ya en el Renacimiento se divulgó por toda Europa hasta el punto de que llegaron a celebrarse torneos (palabra eminentemente militar), y desde entonces siempre ha sido considerado como una especie de duelo, de lucha entre dos mentes, quizá tenida por peligrosa, a juzgar por el hecho de que ya en el siglo XII la Iglesia lanzó anatema contra el juego, aunque parece que la razon auténtica eran las desorbitadas apuestas que llegaron a cruzarse sobre el tablero. Esta supuesta peligrosidad llegó a Cataluña y a Aragon en 1390, fecha en que se ilegalizó el juego, por las mismas supuestas razones. Un poco más tarde, en 1551, el zar Iván IV lo prohibia en Rusia. Sin remontarnos tanto, el 18 de diciembre de 1979 el ayatolá Jomeini lo consideró un delito penal en Irán, precisamente la moderna Persia. Este ultimo hecho es especialmente significativo si tenemos en cuenta que las palabras jaque mate (agrave; jaque) provienen de las palabras persas shal mat, ‘el rey ha muerto’…
Como era de esperar, y después de lo visto, el nombre de juego tiene que proceder del árabe, y concretamente de la palabra ash-shataranch, proveniente del sánscrito shatur-anga, palabra que significaba ‘el que tiene cuatro cuerpos’, en referencia a las cuatro armas del ejército indico, que eran las siguientes: infanteria, caballeria, elefantes y carros de combate, simbolizadas por los peones, los caballos, los elefantes o agrave; alfiles y las torres, respectivamente.

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