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El Barroco

Barroco

El barroco es el nombre que recibe el estilo artístico que floreció entre el final del siglo XVI (o principios del siglo XVII según otros autores) y mediados del siglo XVIII, inicialmente en Italia, difundiéndose en seguida por los países católicos de Europa y América, antes de alcanzar, de forma modificada, las áreas protestantes y algunas partes de Oriente.

Considerado como el estilo correspondiente al absolutismo y la Contrarreforma, se distingue por el esplendor exuberante. De alguna manera el Barroco fue una continuación natural del Renacimiento, ya que ambos movimientos comparten un profundo interés en el arte de la antigüedad clásica, a pesar de tener interpretaciones diferentes. En el fondo, el Barroco plantea un dualismo y reaviva el fervor religioso, en contradicción con los ideales del Renacimiento basados en el antropocentrismo (el ser humano como centro de todo) y la racionalización.

La convocatoria del Concilio de Trento tuvo profundas consecuencias para el arte auspiciado bajo la influencia de la Iglesia Católica. La teología tomó el control de la producción artística en todas sus vertientes. La orden de los jesuitas fue un importante órgano censor para el control de toda obra desarrollada determinando los caminos estéticos e ideológicos.

Otro elemento muy importante para la formación de la estética barroca fue la consolidación de las monarquías absolutas consagradas a ensalzar los valores del sistema y el nacionalismo. Los palacios reales comenzaron a ser construido en una escala monumental con el fin de mostrar claramente el poder y la grandeza de los Estados centralizados, y el mejor ejemplo de esta tendencia es el Palacio de Versalles, construido por orden de Luis XIV de Francia. Por otra parte, en este mismo tiempo, la burguesía comenzó a afirmarse como clase económicamente influyente, y así pasó a educar y abrir un nuevo mercado de consumo del arte. El dualismo ocupaba parte de las preocupaciones artísticas, especialmente en la pintura y la literatura: la materia frente al espíritu, el cielo frente al infierno, la fe frente a la razón, etc. Por último, otra fuerza activa fue un renovado interés en el mundo natural y su carácter efímero y una gradual ampliación de los horizontes culturales, explorando el mundo y el desarrollo de la ciencia, lo que provocó una toma de conciencia de la insignificancia del hombre en medio de la inmensidad del universo y la complejidad insospechada de la naturaleza. El desarrollo de la pintura de paisaje durante el barroco fue un reflejo de estos nuevos descubrimientos.

En economía el principal cambio fue la creación de un sistema de mercado internacional a través del desarrollo del sistema colonial en América y Oriente, con la esclavitud como uno de los pilares de su funcionamiento. El sistema bancario fue mejorado, haciendo que las prácticas comerciales y la importancia de productos fuera más complejizada.

Los siglos XVII-XVIII siguieron estando marcados por numerosos cambios en la situación política europea y el conflicto constante. La guerra más grande de este período fue la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que involucró a España, Francia, Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Austria, Polonia, el Imperio Otomano y el Imperio Romano Germánico. Inicialmente provocada por el conflicto entre católicos y protestantes, pronto se hizo eco en el campo secular en cuestiones dinásticas y nacionalistas. Al término de la confrontación, la Paz de Westfalia dio lugar a una amplia reorganización de la geografía continental política.

Escultura barroca

La Contrarreforma dio mucha atención a la creación figurativa, siguiendo una antigua tradición que decía que las imagenes de los santos, pintados o tallados, eran intermediarias para la comunicación de los hombres con las esferas espirituales. San Juan de la Cruz dice que hay una relación recíproca entre Dios y los fieles que fue mediada por las imagenes reiterando su importancia en el culto.

El valor de la escultura barroca fue negado por los protestantes, lo que motivó grandes movimientos en las diversas regiones iconoclastas protestantes que causaron la destrucción de innumerables obras de arte.

Lo sagrado se ve de nuevo como un elemento central en el culto católico utilizado por la Iglesia Católica para invocar emociones específicas en los fieles y llevarlos a la meditación espiritual.

Pintura

La pintura al igual que sucede con la arquitectura hace hincapié en el espacio, intentando dar la sensación de infinito.

En este movimiento se experimentó con los contrastes, especialmente dramáticos de luz y sombra. Esta técnica, conocida como claroscuro, tendría su cénit con Caravaggio dando origen al estilo tenebrismo.

Interiores domésticos, bodegones y paisajes son temas introducidos por la influencia de los gustos burgueses.
En los países protestantes se muestran rasgos distintivos. La Edad de Oro de la pintura se desarrolló en esta región, libre del control católico con una tradición de libertad de pensamiento y en un sistema político democratizado. Contaba con la burguesía comercial como su clase social más influyente y patrocinadora de una pintura de carácter esencialmente secular. Entre sus principales exponentes se cuentan Frans Hals, Vermeer, Frans Snyders, Pieter de Hooch, Hobema Meindert, Jordaens Jacob, Anthony van Dyck, Jacob van Ruysdael y Rembrandt. En la misma región, la misma región, Rubens, uno de los más grandes pintores de todos los tiempos, encaja en otra tradición católica habiendo cultivado un estilo personal cosmopolita y ecléctico.

En España el Barroco pictórico fue teñido de un misticismo desconocido en otros lugares, inspirado en el drama del tenebrismo y la obra de maestros como Francisco Pacheco y El Greco en particular, posiblemente el miembro más místico. Podemos mencionar como otros importantes pintores del barroco a Diego Velázquez, Bartolomé Esteban Murillo, Pietro da Cortona, Giovanni Battista Tiepolo, Guercino, Guido Reni, Salvator Rosa, Rigaud Hyacinthe, Charles Le Brun, Philippe de Champaigne, Simon Vouet y Josefa de Óbidos, una de las pocas mujeres artistas de la época.

Arquitectura barroca

La arquitectura barroca se caracteriza por la complejidad en la construcción del espacio y la búsqueda de efectos sorprendentes y teatrales, la preferencia por las plantas axiales o centralizadas, el uso de contrastes entre vacíos y llenos, formas convexas y cóncavas mediante la explotación de los dramáticos efectos de luz y sombra, y la integración entre la arquitectura, la pintura y la escultura.

Entre los arquitectos notables en Italia se cuentan Domenico Fontana, Carlo Maderno, Borromini, Rainaldi Carlo, Guarini Guarino, Vitone Bernardo, Francesco Bartolomeo Rastrelli y Filippo Juvarra. Otros europeos fueron Johann Balthasar Neumann, Johann Michael Fischer, Christoph Dientzenhofer, Johann Christoph Glaubitz, Louis Le Vau, Charles Perrault, François Mansart, Jules Hardouin Mansart, Jacob van Campen y Fernando de Casas Novoa.

Literatura

Tras una fuerte agitación social y religiosa en la primera parte del siglo XVII, la literatura floreció en varios países produciendo la literatura moderna.

Su razón fue el conflicto entre la tradición racional heredada por el Renacimiento y los preceptos religiosos instaurados en la vida del hombre. La herencia clásica trajo ciertas formas estéticas pero al mismo tiempo el cristianismo llevó al rechazo del modelo pagano, remarcado como corrupto y engañoso. El pecado y la tentación de los placeres materiales confrontan de frente con el ideal cristiano.

El presente es tomado como un momento efímero utilizando imagenes para representar esta situación. El Carpe Diem clásico es retomado en un sentido pesimista, indicando el final de la vida y la ineludible muerte.

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