Tratado de Versalles y Alemania

Por la circunstancia de la rendición y de constituir un nuevo régimen, Alemania aguardaba una paz negociada en lugar de los duros términos impuestos por el Tratado de Versalles en 1919. Pero los seguidores se encontraban determinados a obtener compensaciones por sus pérdidas y asegurarse de que su enemigo jamás regresaría a constituir una amenaza. Por tanto, Alemania perdió Alsacia y Lorena a favor de Francia y Prusia Occidental pasó a Polonia, creándose el corredor de Danzig entre Alemania y Prusia Oriental. Igualmente perdió sus colonias y tuvo que ceder sus instalaciones siderúrgicas, líneas ferroviarias y navíos mercantes, así como su fuerza naval. Alemania tuvo que limitar su Ejército y someterse a la ocupación aliada de Renania durante 15 años. Lo peor de todo fue que los alemanes tuvieron que admitir la plena responsabilidad como causante del conflicto bélico y, consecuentemente, pagar cuantiosas indemnizaciones en concepto de reparaciones de guerra. Estas últimas provisiones, en específico, provocaron rencor entre la población; los alemanes no se juzgaron más culpables que otros y no podían pagar todo lo que se les demandó.

El Tratado de Versalles, comprensible desde el enfoque aliado, no aseguró una paz duradera. Alemania ni fue aplastada absolutamente ni fue reintegrada en la comunidad internacional. En su lugar, al admitir el Tratado, el nuevo gobierno quedó desacreditado ante sus habitantes, lo que paralizó sus ocasiones de triunfo.

— 74 visualizaciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *