Para hacer miel y cera, las abejas deben pasar la totalidad del tiempo que están fuera de la colmena entre flores. Sus cuerpos delicados se ven sometidos a las embestidas del viento durante el mal tiempo, por lo que deben hacer suficiente calor para no congelarse en el momento en que se precipita la temperatura. A lo largo del verano, las obreras deben acumular la comida necesaria para la totalidad del invierno. Un abeja apenas puede pervivir un día sin comer.
3.1 Enfermedades
Las abejas melíferas igualmente padecen el ataque de varias afecciones y parásitos. Un protozoo parásito y un virus, que producen parálisis, asesinan a las abejas adultas. El piojo adulto de la abeja se aferra al cuerpo de ésta. En algunos países, hay un ácaro que vive en las tráqueas torácicas de las abejas adultas y produce graves pérdidas en las colonias de abejas melíferas.
Otro ácaro, detectado inicialmente en Asia, sin embargo hoy muy distribuido por la totalidad del mundo, ataca tanto a los adultos como a las larvas y, aunque las últimas logren pervivir, pueden aumentar con malfilas. Están en estudio varios métodos de control.
3.2 Enemigos naturales y químicos
Las abejas son presa de muchos insectos y aves. Se han transformado igualmente en víctimas de los insecticidas empleados para resguardar las cosechas de los insectos destructivos.
— 173 visualizaciones.