Pešitta, Antigua latina, Vulgata y los Targum (Biblia)

Entre otras versiones merecen mencionarse la Pešitta, o siríaca, iniciada con toda probabilidad en el siglo I d.C.; la Antigua latina, que no fue traducida del hebreo sino que procede de la Septuaginta en el siglo II; y la Vulgata, traducida del hebreo al latín por san Jerónimo a finales del siglo IV d.C.

Otras versiones que deben considerarse son los Targum arameos. En el judaísmo, en el momento en que el arameo sustituyó al hebreo como idioma ordinario, se realizaron necesarias traducciones, primero para va juntor la lectura oral de las Escrituras en la sinagoga, y después transcritas al papel. Los Targum no eran traducciones literales, sino mejor dicho paráfrasis o representaciones de la obra original. Los dos Targum más importantes son el que tuvo su origen en Palestina y los revisados en Babilonia. En la última década se halló un manuscrito íntegro del Targum palestino, el Neofiti I, guardado en la Biblioteca del Vaticano. De los Targum babilónicos, los más conocidos son el de Onquelos (Pentateuco) y el de Jonatán (Profetas).

Las versiones suelen ser revelaciones cualificadas, en ocasiones las mejores, del texto único. Adicionalmente, incluyen importantes pruebas de la historia del pensamiento entre las comunidades para las que la Biblia constituía un texto básico.

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