Matrimonio y familia en Malí

A la hora de tomar la elección de pareja, las personas suelen admitir el criterio de sus familias. Las normas matrimoniales están férreamente influidas por el islam, sin embargo las mujeres son menos dependientes de sus maridos que en otros países musulmanes, ya que pueden, bajo ciertas circunstancias, divorciarse de sus maridos y regresar con sus familias. Sigue practicándose la poligamia (pues lo permite la ley islámica), sin embargo se ha vuelto menos común debido en parte a la carga financiera que supone e igualmente a que numerosas mujeres de las extensiones urbanas ya no aceptan el rol de segunda, tercera o cuarta cónyuge. Un musulmán que desee tomar otro cónyuge suele buscar la aprobación de la primera; después, deberá conservar a todos sus cónyuges (hasta cuatro) de forma ecuánime.

Tradicionalmente, las familias han sido de gran número, pues cuantos más hijos se tenían, mayor ayuda en los campos podían permanecer los padres durante la vejez. Pero, las familias urbanas son cada vez más pequeñas. La familia espaciosa en términos generales preserva fuertes vínculos; inclusive se espera que parientes distantes se auxilien en caso de necesidad. La autoridad del jefe de la familia o clan es incontestable. Los niños pequeños reciben mucho cariño, sin embargo a los adolescentes se les presta menos atención. Las personas mayores gozan de un gran respeto.

Las casas están producidas de barro, que se desintegra con las fuertes lluvias, y las tormentas de viento suelen dañar los tejados. Las cosechas dependen de las lluvias, y los excedentes son raros. Fuera de las ciudades, pocas casas disponen de electricidad o agua corriente; en las extensiones urbanas, estos servicios son interrumpidos con frecuencia. Como media, un asalariado preserva a diez personas.

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