Leyes de la Biblia

La materia legal es tan destacada en las Escrituras hebreas que el judaísmo llamó Torá (del hebreo torah, ‘ley’) a los primeros cinco obras escritas y los antiguos cristianos a la totalidad del Antiguo Testamento. Las escrituras legales son preponderantes en Éxodo, Levítico y Números. El quinto libro de la Biblia fue denominado Deuteronomio (‘segunda ley’) por sus traductores griegos, aunque el libro es en resumen un dossier de las últimas palabras y sucesos de Moisés. Contiene, sin embargo, copiosas leyes, por lo general en el entorno de la representación y la predicación o el sermón.

Según la tradición bíblica, la intención de Dios fue expuesta a Israel a través de Moisés al establecer la alianza en el monte Sinaí. En consecuencia, todas las leyes —a excepción de las contenidas en Deuteronomio— pueden encontrarse desde Éxodo 20 hasta Números 10, donde se expresan los capítulos que tuvieron lugar en Sinaí.

Los especialistas han detectado en las leyes hebreas dos modalidades primordiales, las apodícticas y las casuísticas. La ley apodíctica está representada por los Diez Mandamientos (Éx. 20,1-21; 34,14-26); (Dt. 5,6-21), aunque no se limita a ellos. Estas leyes, que por lo general se hallan en compilaciones de cinco o más, son sucintas expresiones, inequívocas y sin ambigüedades de la conducta humana que Dios reclama. En caso de ser positivas, se denominan mandamientos; si son negativas, consiste en prohibiciones. Por otra parte, cada una de las leyes casuísticas está formado por dos secciones. La primera establece una condición (“Si un hombre roba un buey o una oveja, y los mata o vende…”) y la segunda las secuelas legales (“…pagará cinco bueyes por el buey, y cuatro ovejas por la oveja”, Éx. 21,37). Por lo general, estas leyes aluden a los conflictos que pueden surgir en la vida rural y urbana. Las leyes casuísticas son semejantes en su forma, y frecuentemente en su contenido, a las normas reunidas en el Código de Hammurabi y otros códigos legales del antiguo Oriente Próximo.

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