Lengua gallega

El galaico-portugués conservó las siete vocales del latín vulgar. Hay una e y una o abiertas que no diptongan en el momento en que son tónicas como sucede en el castellano; e igualmente hay una e y una o cerradas. Los diptongos latinos ai y au se preservan en ei y ou, mientras que en castellano se transformaron en una monoptongación e y o. La f, j y g iniciales latinas persisten ante vocal átona de la serie anterior, consonantes ocultas en castellano. Igualmente queda íntegro el conjunto interior mb, m únicamente en castellano. El galaico-portugués conservó el pluscuamperfecto de indicativo latino, reemplazado por una perífrasis en castellano, y el infinitivo con desinencias personales que conservó la forma del imperfecto de subjuntivo latino. Igualmente se fijó el uso del artículo determinado sobre el adjetivo posesivo y el uso como enclítico del pronombre personal átono acusativo o dativo, que el castellano antepuso al verbo. Igualmente se conservó la construcción latina con la preposición en rigiendo un complemento de dirección.

Fonéticamente, el galaico-portugués se distingue por la caída de la n y la l intervocálicas y la nasalización de las vocales en contacto con consonante nasal, así como la temprana determinación en el fonema palatal de los conjuntos iniciales cl, fl, pl, que en castellano produjeron ll.

A partir del siglo XIV, el galaico-portugués que había surgido en Galicia y que se había extendido hacia el sur por los combatientes contra el dominio musulmán, fue perdiendo su unidad y inició a separarse en otras dos lenguas: el gallego y el portugués. El gallego se distingue del portugués, básicamente y entre otras cosas, por la desvanecimiento de la nasalidad vocálica, por la distinción de los fonemas s y z, en la existencia del fonema palatal africado sordo ch y en la pérdida de s y j sonoras y de v labiodental. Mantiene los finales de la palabra en on, an, frente al portugués ao.

El gallego en su evolución, por motivos sociales y políticos, estuvo más influido por el castellano que por el portugués, básicamente en la expresión coloquial y, en mucha menor medida, en la escrita. El gallego igualmente sostuvo, a lo largo de los siglos, numerosas zonas dialectales, circunscritas especialmente a las zonas marinera y del interior de la montaña, que hoy han sido integradas prácticamente por el gallego normativo. Desde la aprobación de la Constitución española de 1978, y del Estatuto de Autonomía de Galicia de 1980, el gallego ha recobrado el carácter de lengua oficial, junto con el castellano, en Galicia. Desde ese momento está teniendo un gran desarrollo.

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