Inicio de la Edad Media

Ningún acontecimiento específico determina el fin de la antigüedad y el comienzo de la edad media: ni el latrocinio de Roma por los godos conducidos por Alarico I en el 410, ni el destronamiento de Rómulo Augústulo (último emperador romano de Occidente) fueron capítulos que sus coetáneos consideraran comenzadores de una nueva etapa.

La terminación a finales del siglo V de una serie de procesos de larga permanencia, entre ellos la grave dislocación financiera y las invasiones y asentamiento de los pueblos germanos en el Imperio romano, hizo modificar la faz de Europa. A lo largo de los posteriores 300 años Europa occidental sostuvo una cultura primitiva aunque instalada sobre la compleja y elaborada cultura del Imperio romano, que jamás llegó a perderse u desatenderse absolutamente.

1. Fragmentación de la autoridad

A lo largo de la edad media europea, los campesinos pasaron a estar empujados a vivir y trabajar en un único lugar al servicio de los nobles terratenientes. Estos labradores, denominados siervos, que se ocupaban de las tierras de su propietario, al que llamaban señor, obtenían a cambio una humilde residencia, un pequeño terreno adyacente, algunos animales de granja y protección ante los forajidos y los demás señores. Los siervos debían proporcionar parte de su propia cosecha como pago y se encontraban sujetos a numerosas otras imposiciones e impuestos.

A lo largo de este periodo no existió en realidad una maquinaria de gobierno unitaria en las diferentes entidades políticas, aunque la poco sólida confederación de tribus aceptó la formación de reinos. El desarrollo político y económico era básicamente local y el comercio regular desapareció casi absolutamente, aunque la economía monetaria jamás dejó de existir de manera absoluta. En la terminación de un proceso comenzado durante el Imperio romano, los campesinos comenzaron a ligarse a la tierra y a depender de los grandes propietarios para hacerse con su protección y una rudimentaria administración de justicia, en lo que constituyó el germen del régimen señorial. Los notorios vínculos entre la aristocracia guerrera fueron los vínculos de parentesco aunque igualmente comenzaron a surgir las relaciones feudales. Se ha estimado que estos vínculos (que relacionaron la tierra con prestaciones militares y otros servicios) tienen su génesis en la antigua relación romana entre patrón y cliente o en la fundación germánica denominada comitatus (conjunto de colegas guerreros). Todos estos métodos de relación imsolicitaron que se produjera una consolidación política efectiva.

2. La Iglesia

La única fundación europea con carácter universal fue la Iglesia, sin embargo incluso en ella se había producido una fragmentación de la autoridad. Todo el poder en el seno de la jerarquía eclesiástica se encontraba en las manos de los obispos de cada región. El papa tenía una cierta preeminencia inspirada en la circunstancia de ser sucesor de san Pedro, primer obispo de Roma, a quien Cristo le había concedido la máxima autoridad eclesiástica. Pero, la elaborada maquinaria del gobierno eclesiástico y la idea de una Iglesia encabezada por el papa no se realizarían hasta pasados 500 años. La Iglesia se veía a sí misma como una comunidad espiritual de devotos cristianos, exiliados del reino de Dios, que aalmacenaba en un mundo hostil el día de la salvación. Los integrantes más notorios de esta comunidad se hallaban en los monasterios, diseminados por toda Europa y distanciados de la jerarquía eclesiástica.

En el seno de la Iglesia hubo tendencias que aspiraban a unificar los rituales, el almanaque y las normas monásticas, opuestas a la desintegración y al desarrollo local. Al lado de estas medidas administrativas se conservaba la tradición cultural del Imperio romano. En el siglo IX, la aparición al poder de la dinastía Carolingia supuso el comienzo de una nueva unidad europea inspirada en el legado romano, puesto que el poder político del emperador Carlomagno dependió de reformas administrativas en las que usó materiales, métodos y propósitos del extinto mundo romano.

3. Vida cultural

La actividad cultural durante los comienzos de la edad media consistió especialmente en la conservación y métodotización del conocimiento del pasado y se copiaron y esclareceron las obras de autores clásicos. Se escribieron obras enciclopédicas, como las Etimologías (623) de san Isidoro de Sevilla, en las que su autor pretendía compilar todo el conocimiento de la humanidad. En el centro de cualquier actividad docta se encontraba la Biblia: todo aprendizaje secular llegó a ser estimado como una mera preparación para la comprensión del Libro Sagrado.

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