Historia de las alfombras orientales

La historia de la alfombra engloba dos grandes tradiciones, la oriental y la occidental. La primera es más antigua y rica e incluye las obras de artesanos de Asia Central, Oriente Próximo, África del Norte, sur de la India y China. La tradición occidental, que deriva de la oriental, inició mucho después, gozó de gran singularidad en Francia a lo largo de los siglos XVII y XVIII, aunque en el siglo XIX sucumbió a la imitación y a la mecanización.

Las alfombras orientales en algunos trazos no han diversificado a lo largo de siglos. En su mayoría son de forma rectangular, aunque puedan encontrarse ejemplares cuadrados, circulares o hexagonales. Dentro de su formato rectangular el diseño se organiza en borde y centro. El borde o marco está compuesto por complejas cenefas de diferente anchura y el centro puede contener un solo elemento central o un dibujo que se repite. Otro formato tradicional es la alfombra árabe de oración cuyo motivo central simboliza el mihrab (nicho en forma de arco ubicado en el muro de la quibla de las mezquitas hacia donde se encaminan los devotos en la oración).

La alfombra oriental más antigua (siglos V y IV a.C., Museo del Ermitage, San Petersburgo) procede de una sepultura escita en las montañas Altái de Siberia. Esta alfombra de nudo, que se conserva prácticamente íntegra (200 × 189 cm), tiene en el centro una serie de cuadrados con rosetas estrelladas enmarcados por cinco cenefas. Entre las diferentes cenefas se hallan filas de grifos alados, alces y jinetes. A pesar de que el estilo de esta alfombra está relacionado con el arte de la dinastía Aqueménida (550-330 a.C.), hasta el momento no se han encontrado otras semejantes.

Las iniciales alfombras árabes de Oriente Próximo datan de mediados del siglo XIII. Su diseño geométrico de zarcillos, cuadrados y octágonos es el tradicional de las alfombras de Asia Menor.

4.1.1 Irán

En la segunda mitad del siglo XV sucedía una separación con las tradiciones medievales persas, a medida que eran evolucionando los dibujos. Con el apogeo cultural de la dinastía Safawí (1502-1736) se desarrollaron talleres de alfombras en Ardabīl, Tabrīz, Kasan e Isfahan, como centros de suministro para la corte. Los manuscritos miniados de la etapa ejercieron una fuerte influencia en la evolución del diseño de las alfombras. Los modelos persas de esta etapa se explican por las composiciones equilibradas, los fuertes contrastes de color y un efecto de superposición de dibujos. Entre los diferentes tipos sobresalen las alfombras denominadas de medallón, frecuentemente desarrolladas en Tabrīz, con un medallón central; las denominadas de jardín, generalmente del norte, con el interior dividido en parcelas a afinidad de los tradicionales jardines persas, y las denominadas de jarrón, posiblemente de Kermān, en el sur, con un dibujo de rombos que se repite simétricamente a lo largo del eje longitudinal.

Las rebeliones políticas de comienzos del siglo XVIII terminaron con la dinastía Safawí y, como consecuencia, con las fábricas de alfombras de la corte. Las alfombras actuales iraníes carecen de la sorprendente riqueza de las desarrolladas entre los siglos XV y XVII, etapa de oro de la alfombra persa.

4.1.2 Turquía

En Anatolia (Turquía) y el Cáucaso la tradición medieval se sostuvo más tiempo en toda su pureza. Las iniciales alfombras turcas de nudo datan del siglo XIII. No es conocida la fecha de fabricación de los primeros kilim (alfombras de tejido liso), sin embargo posiblemente fueran tejidas mucho antes que las de nudo. De las pinturas europeas datadas entre 1350 y 1450 puede obtenerse gran cuantía de información sobre los dibujos de las alfombras de aquella etapa (pájaros heráldicos, animales combatiendo, un árbol entre dos pájaros y animales enmarcados por octágonos), que se encontraban copiados posiblemente de tejidos bizantinos. Algunas de las alfombras más hermosas de los siglos XVI y XVII eran tejidas en la ciudad de Usak, al oeste de Turquía, uno de los primordiales centros de la corte del Imperio otomano. Las alfombras peculiares que tejían los artesanos de Usak eran de oración, de dibujos de estrellas, de medallón, de pájaros y de líneas y puntos.

4.1.3 El Cáucaso

Durante 800 años en el Cáucaso (amplia región montañosa al norte de Caucasia, entre los mares Negro y Caspio) ha convivido una gran diversidad étnica, cultural y religiosa que se evidencia en las alfombras de los siglos XIX y XX. Las alfombras del Cáucaso se identifican sencillamente por sus motivos geométricos muy estilizados, por lo general, sobre fondo rojo. Dos de los tipos más característicos son las alfombras de dragón y las florales. El primer diseño apareció a lo largo de los siglos XVI y XVII. Los entendidos dudan si estas alfombras eran fabricadas por talleres de la corte o desarrolladas por campesinos y nómadas, aunque esta última proposición parece más probable. En las alfombras florales del Cáucaso aparecen motivos de jarrones y árboles persas y gran cuantía de elementos chinos.

4.1.4 Turkestán

Las iniciales influencias que recibieron las culturas turcomanas de esta región mal definida de Asia Central, parece que procedían de Mongolia y Turquía. No se preservan alfombras de esta zona previos a los siglos XVIII y XIX por causa de que en su mayoría eran artículos funcionales de uso ordinario (alfombrillas, bolsas, cintas decorativas, colgaduras para las tiendas y arreos para los animales) más que artículos de lujo. Una característica de las alfombras de Turkestán es el predominio del rojo, castaño rojizo o rojo azulado, y la presencia de un dibujo octogonal denominado gul, que podía ser una flor estilizada o un símbolo tribal. Igualmente eran peculiares de las tribus descendientes de los mongoles las alfombras con dibujos.

4.1.5 Egipto

La tradición egipcia de tejido de alfombras engloba dos periodos: el mameluco y el otomano. En el siglo XV y la primera mitad del XVI la ciudad de El Cairo era el centro mameluco de fabricación de alfombras. Éstas eran de colores brillantes (azul claro, amarillo verdoso y frambuesa), dibujos geométricos centrales o medallones y dibujos estilizados de plantas que traen a la memoria a las últimas tapicerías coptas (véase Arte y arquitectura coptas) y se caracterizaban por la frecuente falta de contraste entre las cenefas del borde y la razón central. Del siglo XVI al siglo XVIII Egipto estuvo controlado por los señores feudales turcos (otomanos). Con la derrota de los mamelucos por los turcos otomanos en 1517 se comenzaron a emplearse los dibujos de Anatolia que arraigaban en rombos geométricos y medallones en filas. El Imperio otomano de Egipto sucumbió en 1798 y con él la fabricación de alfombras.

4.1.6 India

Los talleres de alfombras indios florecieron en los siglos XVI y XVII casi al mismo tiempo que las fábricas reales persas. De la escuela mogol de manuscritos, con gran influencia persa, se tomaron los motivos y el espacio central que dominaba el diseño de la alfombra. Pero, los dibujos indios son una versión más naturalista de los estilizados modelos persas de flores y vides. Son peculiares las composiciones asimétricas libres con animales y escenas de caza sobre fondo preponderantemente rojo oscuro. De las insuficientes alfombras indias que se preservan, la mayoría data de comienzos del siglo XVII y presentan diseños florales de una finura excepcional con más de 310 nudos por cm2. Estos diseños florales de las alfombras mogoles incluyen celosías, arbustos en flor dentro de una reja abstracta, hojas de acanto y motivos tradicionales de las alfombras de oración.

4.1.7 China

Las alfombras chinas, y en especial las del norte del país, se distinguen de las demás alfombras orientales en su diseño y color. Tradicionalmente China ha sido un centro significativo de sericultura (cría del gusano de seda para la producción de esta fibra) y los artesanos chinos sopesaban, por resultante, el tejido de lana como un artículo bárbaro. Las iniciales alfombras chinas son de lana, aunque ya en el siglo XII se creó una fábrica de alfombras de nudo en la ciudad de Karakoram para abastecer a la corte imperial.

Los diseños de las alfombras chinas son realistas, esto es, los dibujos tienen un significado específico y rara vez son de tipo decorativo. En los medallones centrales suelen aparecer motivos abstractos que son versiones esquemáticas de tres ideogramas que representan la longevidad, la fortuna y la felicidad conyugal. Los múltiples animales y objetos que adornan las alfombras chinas invariablemente tienen un significado religioso o simbólico. El animal mitológico por excelencia es el dragón, con sus tres trazos simbólicos de gran dios, soberano de las fuerzas de la naturaleza y símbolo del emperador. Las flores y las frutas igualmente son muy empleadas, en especial el crisantemo de otoño (como símbolo de longevidad) y la peonía (como símbolo de nobleza, bienestar y amor). Otros símbolos del medallón ilustran convicciones religiosas taoístas o budistas. Las alfombras de nudo chinas son bastante actuales y la mayoría datan de los siglos XVIII y XIX.

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