Historia de África: la era de los imperios y las ciudades-estado

Los ejércitos islámicos invadieron África tras el fallecimiento de Mahoma en el 632 y vertiginosamente vencieron la resistencia bizantina en Egipto.

6.1.1 El norte de África

Desde sus bases en Egipto, los árabes invadieron los reinos bereberes del oeste y en el siglo VIII apresaron Marruecos. Mientras que los bereberes de la costa se transformaron al islam, muchos otros se desplazaron a los montes Atlas y al interior del Sahara. La minoría árabe fijó un reino autocrático en Argelia y Marruecos. Los reinos cristianos de Alwa y Makuria en Sudán eran ocupados; solo el reino cristiano de Nobatia fue lo suficientemente fuerte como para aguantar a los invasores, y forzar la sella de un tratado que sostuvo su independencia a lo largo de 600 años. Los árabes permanecieron como la minoría gobernante a lo largo de varios siglos.

El comercio a través del Sahara se hizo frecuente a lo largo del siglo VIII. Los guías de caravanas y los maestros religiosos traspasaron sus valores políticos, religiosos y sociales a los pueblos de las rutas de comercio. Antes, los invasores musulmanes del Yemen negaron a los pueblos de la costera Aksum hacia el interior y establecieron una serie de ciudades-estado como Adal y Harar. El mar Rojo pertenecía ya a los comerciantes musulmanes.

Varias dinastías contrincantes florecieron en la costa norte africana. En el siglo VIII los musulmanes norteafricanos apresaron la mayoría de la península Ibérica, y a lo largo de siglos pretendieron ataques y expediciones de conquista a la Europa cristiana. Ya antes de las Cruzadas algunos reinos islámicos muy civilizados dominaban el sur y el este del Mediterráneo. En el siglo XIV el Sudán cristiano sucumbió ante los ejércitos mamelucos de Egipto. Los turcos otomanos apresaron Egipto en 1517 y a lo largo de los cincuenta años siguientes establecieron un control nominal sobre la costa norteafricana. El poder real, sin embargo, se sostuvo en manos de los mamelucos, que administraron Egipto hasta que eran derrotados por Napoleón Bonaparte en 1798. Los etíopes eran irrumpidos por los ejércitos del sultanato de Adal, sin embargo derrotaron en 1542 a los musulmanes con la ayuda de Portugal.

6.1.2 Reinos de África occidental

En África occidental florecieron una serie de reinos de raza negra cuya base financiera yacía en el control de las rutas comerciales transaharianas. Se enviaban al norte oro, nueces de kola y prisioneros como moneda de cambio por ropas, utensilios y sal.

6.1.2.1 Ghana

El primero de estos reinos, Ghana, inició a existir el siglo V en lo que hoy es el sureste de Mauritania; su capital, Kumbi Saleh, ha sido perforada en tiempos modernos. Ya en el siglo XI, los ejércitos de Ghana, provistos con armas de hierro, se adueñaron de las rutas de comercio que se esparcen desde el actual Marruecos a los bosques costeros de África occidental al sur. Los bereberes nómadas de la confederación sanhaja (la actual Mauritania central) constituían el nexo destacado entre Ghana y el norte. Una vez que los árabes consiguieron manejar las costas del noroeste, comenzaron a explotar estas rutas comerciales. A comienzos del siglo XI había consejeros musulmanes en la corte de Ghana, y los mercaderes musulmanes vivían en grandes barrios de extranjeros desde los que dirigían un comercio a gran escala muy lucrativo. En el siglo XI, Ghana fue destruida por los almorávides, una belicosa facción musulmana desarrollada entre los bereberes sanhaja. A comienzos del siglo XI se alzaron en guerra santa (yihad) y manejaron las rutas de caravanas del Sahara. Por lo tanto el movimiento se separó; un conjunto avanzó hacia el norte para apresar Marruecos y España, mientras que el otro se comandó al sur para destruir (en el año 1076) la capital de Ghana. A lo largo del siglo próximo, el pueblo Soso de Futa Yallon, con precedencia vasallo de Ghana, tomó el control del área, sin embargo eran ocupados a su vez por los pueblos de Malí en el año 1240 en torno a.

6.1.2.2 Malí y Songay

En el centro de las cuencas altas de los ríos Senegal y Níger, Malí evolucionó a comienzos del siglo XI a partir de un conjunto de las tribus mande. A mediados del siglo XIII, el reino inició una etapa de expansión bajo el vigoroso monarca Sundiata. Se supone que poco después los mandatarios de Malí se transformaron al islam. El imperio de Malí alcanzó su punto terminante bajo el mansa (rey) Musa, que condujo una peregrinación a La Meca en 1324-1325, inició relaciones diplomáticas con Túnez y Egipto, y llevó a varios eruditos y eruditos musulmanes a su imperio; a partir de la etapa de Mansa Musa, Malí apareció en los mapas de Europa. Posteriormente a 1400, el imperio decayó y Songay se transformó en el reino más significativo del Sudán occidental. A pesar de que Songay data de antes del siglo IX, su gran periodo de expansión sucedía con el reinado de Sunni Alí y Askia Muhammad. A lo largo del reinado de este último el islam prosperó en la corte, y Tombuctú se transformó en el mayor centro de la cultura musulmana, célebre por su universidad y su mercado de libros. Atraídos por su riqueza, los ejércitos de al-Mansur de Marruecos destruyeron la capital de Songay, Gao, en 1591. Tras la caída de Songay, varios reinos pequeños —Macina, Gonja, Ségou, Kaarta— pretendieron dominar el oeste del Sudán, sin embargo las combates continuas y el declive económico eran los exclusivos consecuencias.

6.1.2.3 Los reinos de Hausa y Kanem-Bornu

Al este de Songay, entre el río Níger y el lago Chad, florecieron las ciudades-estado de Hausa y el imperio de Kanem-Bornu. Los reinos hausa (Biram, Daura, Katsina, Zaria, Kano, Rano y Gobir) nacieron antes del siglo X. Posteriormente a la desvanecimiento de Songay, el comercio transahariano se desplazó al este, donde cayó bajo el control de Katsina y Kano. Éstos se transformaron en los centros de un boyante comercio y vida urbana. Al parecer, el islam fue introducido en los reinos hausa en el siglo XIV desde Kanem-Bornu.

Este último imperio existía en el siglo VIII como un indefinido reino intermedio al norte y al este del lago Chad. En un principio fue administrado por un pueblo nómada, los zaghawa, sin embargo eran reemplazados por una nueva dinastía, los saifawa, que gobernó desde el año 800 hasta el año 1846 en torno a. Los nuevos monarcas se transformaron al islam en el siglo XI. A finales del siglo XIV se llevaron a la región de Bornu, y la zona anterior, Kanem, fue conquistada por el pueblo bulala proveniente del sur. El soberano bornu más conocido fue Mai Idris Alooma (gobernó entre 1580-1617 en torno a), que introdujo armas de fuego compradas a los turcos otomanos. En su momento de renombre, Kanem-Bornu controló las rutas saharianas hacia Egipto, sin embargo a mitad del siglo XVII ya había empezado su declive.

6.1.2.4 La expansión del islam

A lo largo del periodo de los grandes imperios sudaneses la vida de los agricultores y pescadores prácticamente no modificó; solo las clases mandatarios disfrutaban de las importaciones y los artículos de lujo. Los agricultores vivían en economías de conservación, sujetos a los impuestos periódicos y a las ocasionales incursiones en sus aldeas en busca de prisioneros. El islam se asociaba con los grandes centros urbanos y era la religión de la clase gobernante y de los residentes extranjeros. Pero, antes del final del siglo XV, los árabes nómadas kunta comenzaron a predicar, y a lo largo de la mitad del siglo XVI la hermandad qadiriyya, a la que pertenecían, inició a extender el islam por todo Sudán occidental. Aproximadamente en la misma etapa, los fulani, un pueblo nómada y pastor, se llevaron lentamente hacia el este desde la región de Futa Toro, en Senegal, ganando seguidores para el islam. Durante este periodo, el islam se transformó en una religión personal más que en una mera religión de estado. Lo cierto es que, el islam parece haber declinado entre las clases mandatarios y dinastías no musulmanas que administraron en antiguos centros musulmanes hasta el siglo XVIII. Los movimientos islámicos de reforma y renacimiento se iniciaron entre los pueblos fulani, mandingo, soso y tukolor.

Las antiguas dinastías eran derruidas y se desarrollaron reinos teocráticos que extendieron el islam a nuevas áreas. En los reinos hausa, Shehu Usman dan Fodio, un maestro musulmán, encabezó la rebelión de los fulani, que entre los años 1804 y 1810 derrocó a los monarcas hausa y fijó nuevas dinastías. Pero, un intento de apresar Bornu fue resistido con triunfo por el jefe religioso al-Kanemi. El nuevo imperio fulani fue dividido en un principio entre el hermano de Shehu, Abdullahi, y su hijo, Muhammad Bello, sin embargo, después de 1817, Muhammad y sus sucesores eran sus exclusivos señores.

Seku Ahmadu, un musulmán fulani, creó otro reino teocrático en Macina, en 1818. Durante su reinado desarrolló un imperio que englobaba toda la región del río Níger, desde Jenne hasta Tombuctú. Tras su fallecimiento en 1844 su hijo tomó el poder, sin embargo en 1862 Macina cayó ante otro reformador musulmán, al-Hajj Umar, que creó el extendido imperio tukolor, en la región de Senegambia, antes de su fallecimiento en 1864.

6.1.3 Reinos de África oriental

Los primeros restos de la historia de África oriental aparecen en el periplo del mar de Eritrea (c. 100), que describía la vida comercial de la región, así como sus vínculos con el mundo más allá de África. Inmigrantes indonesios aparecieron a Madagascar a lo largo del primer milenio con nuevos productos alimentarios, especialmente bananas, que pronto se difundieron por la totalidad del continente. Pueblos de habla bantú que se arraigaron en el interior, formaron reinos inspirados en el clan y absorbieron a los pueblos bosquimanos y nilóticos que ocupaban las denominadas extensiones interlacustres, o entre lagos, más al interior. Los colonos árabes ocuparon la costa y establecieron ciudades comerciales. Marfil, oro y prisioneros eran las primordiales exportaciones. Ya en el siglo XIII se habían desarrollado algunas importantes ciudades-estado. Entre estos reinos zenj se puede citar a Mogadiscio, Malindi, Lamu, Mombasa, Kilwa, Pate y Sofala. La cultura urbana swahili se desarrolló gracias al intercambio recíproco de hablantes bantúes y árabes. Las clases mandatarios eran de ascendencia afro-árabe; las masas eran bantúes, muchos de ellos prisioneros. Estas ciudades-estado mercantiles se encontraban orientadas hacia el mar, y su impacto político en los pueblos del interior fue mínimo hasta el siglo XIX.

Los avanzados y complejos reinos de los lagos comenzaron su desenvolvimiento en el siglo XIV. Poco es sabido de su historia primitiva. Una de las teorías asegura que los pueblos cusitas de las montañas etíopes aparecieron a dominar a las tribus bantúes. Se considera que otros cusitas eran los antepasados de los pueblos tutsi de la actual Tanzania, Ruanda y Burundi. Entre los lagos Victoria y Eduardo, los primeros reinos administrados por los bachwezi florecieron antes del año 1500, etapa en la que eran suplantados por la primera ola de pueblos luo, que emigraron del Sudán. Los nuevos inmigrantes tomaron las lenguas bantúes en el país de Bunyoro, sin embargo en Acholiland, Alurland y el país de Lango (toda la actual Uganda) preservaron su propio lenguaje. Después se desarrollaron nuevos reinos, entre ellos Bunyoro, Ankole, Buganda y Karagwe. De estos reinos, Bunyoro fue el más fuerte hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Por lo tanto Buganda inició a expandirse, y sus ejércitos hicieron incursiones por espaciosas zonas. El reino de Buganda creó una burocracia compleja y centralizada, en la que los jefes de distrito y subdistrito eran denominados por el kabaka (‘rey’).

Más al sur, en Ruanda, los bachwezi (llamados alternativamente bututsi o bahima en esta zona) instauraron una aristocracia de pastores de ganado que gobernó a los pueblos bantúes a partir del siglo XVI.

6.1.4 Reinos centroafricanos

Los reinos centroafricanos son aún menos conocidos que los interlacustres. En la sabana del Congo, al sur de los bosques tropicales, pueblos de habla bantú establecieron comunidades agrícolas a comienzos del siglo IX. En algunos enclaves se desarrolló el comercio a larga distancia con la costa oriental; el cobre y el marfil eran las primordiales exportaciones. A lo largo del siglo XIV se fijó el reino del Congo, que dominaba una zona de la actual Angola entre los ríos Congo y Loge y desde el río Kwango al Atlántico, con un preparado sistema político, con administradores provinciales y un monarca denominado de entre los descendientes del monarca autor, Wene. En la zona entre el Kasai superior y el lago Tanganica, se estructuraron varios reinos en el año 1500 en torno a, y formaron el imperio luba. Su autor, Kongolo, sointrodujo a varios pueblos pequeños de la región y los usó como base para ulteriores conquistas. Pero, el imperio no desarrolló mecanismos centralizadores, así que los combates dinásticos y los reinos separatistas eran un conflicto continuo. En el año 1600, en torno a, uno de los hijos más jóvenes de la dinastía dejó el reino y creó el imperio lunda. El reino lunda pronto se separó, e integrantes de la dinastía real se eran para instituir nuevos reinos como Bemba, Kasanje y Kazembe. Este último se transformó en el reino más fuerte y considerable de los luba-lunda, y entre 1750 y 1850 dominó el sur de Katanga y parte de la meseta de Rhodesia.

Se considera que los pueblos de habla bantú que se llevaron al este desde la región del Congo, a lo largo del primer milenio, tomaron a los pueblos neolíticos nativos. Después, los inmigrantes bantúes, denominados karanga, eran los antepasados del actual pueblo shona. Los karanga comenzaron a cimentar el Gran Zimbabue, un impresionante edificio de piedra que albergaba a la corte real. Igualmente formaron el imperio Monomotapa, que recibió su riqueza gracias a la minería de oro a gran escala y alcanzó su máximo renombre a lo largo del siglo XV.

6.1.5 Reinos surafricanos

Antes del siglo XIX, los pueblos de habla bantú habían expulsado o admitido a sus precursores de África del Sur y habían establecido varios reinos sedentarios. A comienzos del siglo XIX, la presión de la población y el hambre desencadenó una serie de guerras y migraciones a gran escala a través de África meridional y central. Comenzaron en 1816, en el momento en que el monarca zulú Shaka desarrolló nuevas técnicas militares y se embarcó en guerras de conquista contra los pueblos vecinos. Las tribus derrotadas por los zulúes emigraron del sureste de la actual Sudáfrica y, al reestructurar sus técnicas de combate tomando como modelo las de los zulúes, arrollaron a pueblos más distantes, que, por lo cual, se vieron empujados a rastrear nuevos hogares. Los ndwandwe, guiados por su jefe Sobhuza, se dirigieron al norte y establecieron el reino suazi a partir del año 1820. Los ngoni igualmente eran al norte y aventajaron a través del actual Mozambique y más allá del lago Malawi, donde, en 1848 en torno a, se dividieron en cinco reinos, que combatieron penetrantemente entre el lago Victoria y el Zambezi. Otro conjunto, dirigido por Soshangane, emigró al sur de Mozambique, donde instauraron el reino de Gaza cerca del año 1830. Los kololo emigraron al norte hacia Barotseland y comenzaron un combate por el poder con el pueblo local, los lozi. Los ndebele eran al oeste (1824-34) y después al norte (1837), hasta lo que hoy es Zimbabue, e instauraron un reino en Matabeleland.

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