Hepatitis

Hepatitis, hinchazón aguda del hígado. Puede ser producida por una infección, comúnmente viral, por sustancias tóxicas o por fármacos. La sustancia tóxica que más daña el hígado es el alcohol: la ingestión desmesurada aguda produce una hepatitis aguda, y la ingestión desmesurada grave produce en un primer momento un hígado graso, más hacia delante una hepatitis grave y, por último, una cirrosis alcohólica. Los fármacos de eliminación o de metabolismo hepático pueden dañar los mecanismos bioquímicos de los hepatocitos —células hepáticas— desencadenando una hepatitis aguda farmacológica y más hacia delante una hepatitis grave parecida a la de los tóxicos.

Clínica

Los síntomas de todas las hepatitis víricas son semejantes: comienzan con fiebre, debilidad, postración, anorexia, trastornos digestivos y mialgias. El hemiabdomen superior es doloroso a la palpación. En el curso de la afección aparece ictericia, alcanzando su máxima vehemencia a las dos semanas. La convalecencia puede durar hasta 6 meses.

Diagnóstico

Cuando hay un cuadro clínico compatible con hepatitis (incremento de tamaño del hígado, ictericia y fatiga) se realiza un estudio de sangre para apreciar la cometido hepática del paciente. Si se corrobora un fallo funcional en este sentido, existen una diversidad de pruebas para corroborar el diagnóstico que incluyen pruebas serológicas para hacer distinción los diferentes tipo de hepatitis, ecografía digestiva e inclusive una biopsia hepática para juntar una muestra de tejido y determinar el daño existente.

Tratamiento

Existe una vacuna para prevenir la infección por el virus de la hepatitis A, que es recomendable en aquellas personas que se desplazan a un país de bajo nivel higiénico sanitario. En 1982 se recibió una vacuna efectiva para prevenir la hepatitis B, sin embargo su uso estuvo limitado por el alto coste. En 1986 se desarrolló una vacuna fabricada a través de ingeniería genética; momentáneamente se está inmunizando a la totalidad del personal sanitario, a los enfermos sometidos a múltiples tratamientos con hemoderivados (hemofílicos), y en algunos países a los recién nacidos. Para procurar a los pacientes con hepatitis C grave es útil el interferón alfa, una sustancia antiviral natural producida por el organismo humano que se toma actualmente a través de ingeniería genética. El interferón igualmente es útil en algunas hepatitis B. No hay tratamiento para las hepatitis agudas.

Los virus que infectan el hígado son de varios tipos. Algunos de ellos inducen (no en todos los pacientes) inmunidad para toda la vida, sin embargo apenas para ese tipo de virus.

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