Guy Laroche (1921-1989), modisto francés que, lejos de cualquier generación, supo imponer desde finales de la década de 1950 un estilo de delicadeza fluida y serena que se transformó en clásico.
2. PRIMEROS AÑOS
Nacido en La Rochelle de padres hosteleros, Guy Laroche trabajó durante tres años en Nueva York y en 1948 entró como ayudante diseñador en Jean Dessès, donde se sostuvo por espacio de seis años. Después creó en París su propia casa, donde presentó su primera recopilación en 1957.
Con su gusto por los colores frescos y nuevos (coral, salmón, turquesa y naranja), sugirió modelos cómodos y alegres, como trajes de noche con el célebre escote ‘bendito’, que dejaba la espalda valientemente al desnudo o velada por un encaje. A pesar de que devoto a su inspiración inicial, que tanto sedujo a Françoise Sagan o a Melina Mercouri, Laroche supo adaptarse a la evolución de su clientela, desarrollando en la década de 1960 los pantalones cortos para ciudad y en la próximo década los trajes pantalón, trajes sueltos de punto y tipo camisero.
3. EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
En 1961 lanzó su primera línea de prêt-à-porter para mujer, seguida en 1966 por su semejante masculino. Primero se asoció con Bernard Cornfeld y en 1968 con el conjunto Bic, que recibió la mayoría del capital de su compañía. En 1972 confió la dirección de las colecciones de prêt-à-porter a Guy Douvier. Paralelamente, firmó en 1966 un conformidad de contribución con el conjunto L’Oréal, dando origen al lanzamiento de perfumes como Fidji (1966), Eau folle (1970), Drakkar (1972), J’ai osé (1977) y Clandestine (1982).
Laroche, que recibió el Dedal de Oro por la presentación de su última recopilación en 1989, designó antes de su fallecimiento sucesor suyo a Angelo Tarlazzi. Este último ha trabajado como director artístico del hogar Laroche hasta 1993, fecha en la que se le confió a Michel Klein la responsabilidad de la alta costura y a Jean-Pierre Marty la del prêt-à-porter.
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