Guerra y revolución de Norteamérica

Como consecuencia de sus intentos de expansión hacia el oeste, más allá de los montes Allegheny, los ingleses entraron definitivamente en conflicto con los franceses en el valle de Ohio. En 1689, las dos potencias arrancaron una disputa por la supremacía militar y colonial. En Norteamérica, el conflicto se desarrolló en cuatro fases repetidas: la conflicto armado del Rey Guillermo, de 1689 a 1697; la conflicto armado de la Reina Ana, de 1702 a 1713; la conflicto armado del Rey Jorge, de 1744 a 1748 y la Guerra Francesa e India, de 1754 a 1763. Los reveses experimentados a lo largo de esta última y su prolongación europea, la conflicto armado de los Siete Años (1756-1763), forzaron a los franceses a capitular. Según los Tratados de París de 1763, Francia fue forzada a ceder a Gran Bretaña todas sus posesiones en Canadá e igualmente la parte de Luisiana al este del Mississippi. Francia había cedido anticipadamente a España (su aliado) Nueva Orleans y la totalidad del territorio francés al oeste del Mississippi.

El hecho más destacado acontecido entre 1763 y 1783 en el subcontinente fue el conflicto económico, político y militar entre Gran Bretaña y sus trece colonias situadas en el litoral atlántico, al sur del Canadá. Conocido como el conflicto armado de la Independencia americano (1776-1783), este conflicto desencadenó el nacimiento de Estados Unidos de América. El éxito independentista de los territorios que habían estado bajo su jurisdicción tuvo muy pronto repercusiones en las colonias españolas de América. Inspiradas por su conquista y igualmente por el resultado de la Revolución Francesa (1789-1799), emplearon que España se vio implicada en las Guerras Napoleónicas (1799-1815) y, en 1810, se comenzaron su combate por la independencia (véase Emancipación de Latinoamérica). México se rebeló contra España ese mismo año, sin embargo la consecución de su independencia no tuvo lugar hasta 1821, en el momento en que el representante de la Corona española, el virrey Juan O’Donojú, reconoció la independencia de México. Véase México: Historia. A finales del siglo XIX y principios del XX, Canadá igualmente recibió un grado total de autonomía de Gran Bretaña. Véase Canadá: Historia.

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