Guerra de independencia de Argelia

Uno de los nueve autores del Frente de Liberación Nacional (FLN) de Argelia fue Ahmed Ben Bella. En 1962, ocho años después, se transformó en jefe del gobierno del nuevo país independiente y en 1963 en presidente de la República. Resultó derruido en 1965 por un revés de Estado encabezado por su ministro de Defensa, Huari Bumedián, y se sostuvo en prisión hasta 1979.

En marzo de 1954 Ahmed Ben Bella, un antiguo sargento del Ejército francés, se unió a otros ocho argelinos exiliados en Egipto para formar un consejo revolucionario que después se volvió conocido como el Frente de Liberación Nacional (FLN). Unos pocos meses después, el 1 de noviembre, el FLN lanzó su ofensiva para conquistar la independencia de Argelia mediante ataques coordinados a los edificios públicos, militares, puestos de policía e instalaciones de comunicaciones.

Un continuo incremento en la acción de la guerrilla durante los posteriores dos años forzó a los franceses a solicitar refuerzos; en total, 400.000 efectivos de tropas francesas fueron invertidos en Argelia. La estrategia del FLN combinó las estrategias guerrilleras de Abd al-Qadir con un deliberado uso del terrorismo. Lo cierto es que, las estrategias de la guerrilla paralizaron a las fuerzas francesas más dotadas, mientras los atentados indiscriminados y los secuestros de europeos y musulmanes que no apoyaban activamente al FLN desarrollaron un clima de terror por la totalidad del país, lo que desencadenó el surgimiento del contraterrorismo, ya que los colons y las unidades del Ejército francés atacaban los pueblos musulmanes y asesinaban inhumanamente a la población civil.

En 1956 el conflicto bélico se difundió a las ciudades. En Argel, incluso los cafés, escuelas y tiendas se transformaron en propósitos, ya que los nacionalistas buscaban debilitar la moral de los colons y cautivar la atención internacional a su causa. El levantamiento de Argel fue implacablemente sofocado. Adicionalmente, los franceses vencieron gradualmente ventaja al utilizar nuevas estrategias. Se establecieron escarmientos conjuntos a pueblos enteros sospechosos de auxiliar a las guerrillas. Otros conjuntos fueron deportados a campos de refugiados. Las vallas electrificadas a lo largo de los límites tunecinos y marroquíes separaron al grueso destacado del FLN de las unidades diseminadas por el interior de Argelia.

A pesar de su superioridad militar, los franceses fueron inaptos de encontrar una solución política que pareciera conveniente tanto para los colons como para el FLN. Las críticas internacionales contra Francia se incrementaron y sus seguidores en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se preocuparon debido al pacto de las fuerzas francesas en una guerra impopular.

En mayo de 1958, los colons y oficiales del Ejército francés se unieron en Argel para deponer al gobierno francés, si bien actuaron de modo titubeante. Un Comité de Seguridad Pública demandó el retorno del general Charles de Gaulle, el jefe de la Francia Libre durante la Segunda Guerra Mundial y el único que podía sosegar el conflicto bélico y preservar la Argelia francesa. De Gaulle, sin embargo, fue realista. Una vez en el poder, reconoció que el conflicto bélico era difícil de vencer. En 1959 difundió su tentativa de asentir a los argelinos tomar la elección entre la independencia o la asociación continuada con Francia.

El plan no gustó nada a los colons. Agraviados, efectuaron una rebelión con muy mala fortuna contra De Gaulle a comienzos de 1960, y en 1961 un conjunto de generales intentó deponerlo. En ambas ocasiones, sin embargo, la mayoría del Ejército se sostuvo leal al gobierno. Asociado con el complot de los generales estuvo un conjunto de militares y extremistas colons, conocidos como la Organisation Armée Secrète (OAS), que al mismo tiempo llevó a cabo una inhumana campaña de contraterrorismo contra el FLN y las autoridades francesas.

En marzo de 1962 se aceptó definitivamente un alto el fuego entre el gobierno y los representantes del FLN, en los denominados acuerdos de Evian. En el referéndum largamente esperado, conmemorado el mes de julio, Argelia dictaminó mayoritariamente por la independencia. Los colons comenzaron una evacuación masiva; antes de que terminara el año, la mayoría había abandonado el país. Algunos de ellos, apoyados por el gobierno francés, se adaptaron en el noreste argentino, aunque definitivamente optaron por abandonar en su anhelo por conservarse en el país.

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