Grandes equipos y tragedias de la Copa de Europa

Los primeros años de enfrentamiento en la Copa de Europa tuvieron su huella marcada por un acontecimiento trágico, el accidente aéreo, sucedido en Munich en 1958, experimentado por la plantilla del Manchester United que entrenaba Matt Busby, en el que murieron ocho jugadores de un prometedor conjunto (conocido como los Busby Babes) en el momento en que regresaban de jugar un partido en Belgrado. Se salvaron el propio Busby y el joven Bobby Charlton, quien 10 años después interveniría en la conquista de la Copa de Europa con George Best como gran figura. Un año antes, en 1967, el Celtic de Glasgow había roto la supremacía latina. Tras la citada conquista del Manchester (1968), y las ulteriores del AC Milan (1969) y del Feyenoord (1970), llegó el turno de otro conjunto mítico que se transformó en el gran sometidor continental durante los primeros años de la década de 1970. Ese club fue el Ajax de Amsterdam, que, entrenado por Marinus (o Rinus) Michels, revolucionó el juego con un nuevo concepto, el “fútbol total”, en el que todos los jugadores atacaban y protegían (y que fue llevado luego a la selección nacional de los Países Bajos). Aquel formidable conjunto, que contaba con Johan Cruyff, Johan Neeskens, Ruud Krol, Rep, Haan o Hulshoff en sus filas, consiguió tres títulos seguidos (1971-1973).

Inglaterra, que excepto por la conquista obtenida por el Manchester en 1968 no había respondido al prestigio que le correspondía como autora del fútbol, tuvo al fin ocasión de evidenciarse durante el periodo 1977-1984, en el intervalo del cual conquistó siete títulos, repartidos entre el Liverpool (1977, 1978, 1981 y 1984; en todos ellos intervino Kenny Dalglish y en el primero uno de los mejores jugadores británicos de todos los tiempos, Kevin Keegan), el Nottingham Forest (1979 y 1980) y el Aston Villa (1982). Esta supremacía, solo interrumpida por el Hamburgo en 1983, se quebró de forma trágica en la final librada entre el Liverpool y la Juventus de Turín en el Estadio Heysel de Bruselas el 29 de mayo de 1985. La Vecchia Signora, liderada por el francés Michel Platini (que marcó el único gol de aquel partido) se impuso al Liverpool en un encuentro que estuvo antecedido por uno de los más tristes sucesos de la historia del fútbol; los tumultos protagonizados por incondicionales del Liverpool se saldaron con el fallecimiento de más de 30 incondicionales de la Juventus. Como consecuencia de este suceso (y de otros protagonizados de forma continuada por hooligans ingleses, menos dramáticos sin embargo igualmente caracterizados por sus actos vandálicos), los clubes de Inglaterra fueron excluidos por cinco años de la enfrentamiento. Quedó abierto así una etapa de numerosas alternativas en el que solo el AC Milan (con Franco Baresi, Paolo Maldini, Frank Rijkaard, Ruud Gullit y Marco van Basten como más destacados protagonistas), que consiguió tres títulos (1989, 1990 y 1994) en cinco años, impuso cierto dominio sobre el torneo. En dicha etapa, el Steaua de Bucarest rumano (1986) se transformó en el primer conjunto de Europa oriental que obtenía el triunfo. En 1992 el Barcelona, uno de los grandes clubes del continente, conquistó al fin un título que se le había negado en dos finales previos. Fue con Cruyff en el banquillo y con un plantel de jugadores (Andoni Zubizarreta, Ronald Koeman, Josep Guardiola, José María Bakero, Michael Laudrup, Julio Salinas y Hristo Stoichkov, entre ellos) que por su buen juego fue denominado Dream Team (Equipo de Enanhelo). Al año próximo, por vez primera, la Copa viajó a Francia, país en el que nació, con la conquista del Olympique de Marsella. En 1998, tras 32 años de espera, el Real Madrid conquistó su séptimo título, tras subyugar en la final a la Juventus gracias a un solitario gol de Pedja Mijatovic; Bodo Illgner, Roberto Carlos, Fernando Hierro, Manolo Sanchis, Fernando Redondo, Raúl y Fernando Morientes fueron otros de los jugadores madridistas que, entrenados por Jupp Heynckes, consiguieron tal hito. Un año después, el Manchester United, con David Beckham como gran estrella, reeditó su éxito de 1968 y pudo alzar de nuevo la Copa de Europa tras derrotar al Bayern de Munich (2-1) en una histórica final que solo se dilucidó en el tiempo de descuento, en el intervalo del cual los Diablos Rojos anotaron sus dos tantos.

La última edición del siglo XX, conmemorada a lo largo de la temporada 1999-2000, tuvo como grandes protagonistas a los clubes españoles. Tres de ellos, Real Madrid, Valencia y Barcelona, accedieron a las semifinales, y los dos citados en primer lugar se clasificaron para jugar la gran final. Esta (que por primera ocasión enfrentaba a dos conjuntos de un mismo país) se disputó en el Stade de France de Saint-Denis y se saldó con un nuevo éxito del Real Madrid, que derrotó al Valencia, gran manifestación del torneo, por 3-0 (con goles de Morientes, Steve McManaman y Raúl). El Real Madrid, entrenado por Vicente del Bosque, consiguió así su octavo trofeo en la enfrentamiento tras haber eliminado en cuartos de final al Manchester United y en semifinales al Bayern de Munich (campeón y subcampeón, respectivamente, del anterior evento organizado).

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