Gramática del chino

Las lenguas flexivas, como el ruso o el latín, tienen determinados sonidos que marcan las distinciones gramaticales, y los agregan a las palabras o se modifican su forma para indicar esas distinciones; el chino moderno no cambia jamás los sonidos para indicar las distinciones gramaticales y apenas excepcionalmente añade sonidos. Como no hay la variación nominal, ni la flexión verbal, ni la concordancia entre nombres, adjetivos y verbos, no puede, por ejemplo, anotar si hay o no sujeto u objeto. El orden que las palabras ocupan en la oración es crucial, pues apenas éste determina la relación que se establece entre ellas. En términos generales, el orden sintáctico de la frase es semejante al esquema sujeto-verbo-objeto, elemento cambiador-elemento cambiado, un esquema presente en numerosas lenguas, como en español o en inglés. Pero, en tanto que en español, por ejemplo, el sujeto de la oración es agente o paciente, en chino se trata apenas de un conjunto de palabras que son el tema, seguido de un argumento comentario (o rema). Un ejemplo es la oración Nei-ke shu yezi hen da, que literalmente quiere decir ‘aquel árbol, hojas muy grandes’, lo que traducido a la estructura gramatical del español sería ‘aquel árbol tiene unas hojas muy grandes’.

Entre otras características gramaticales del chino se puede decir que, habitualmente, el verbo no indica tiempo, además como carece del semejante a la oración de relativo, existen unas oraciones muy liosas de significado cambiador que preceden al elemento cambiado. Un ejemplo de esto es: Jianle shu jiu mai de neigre ren, que literalmente quiere decir ‘el que ha visto libro inminentemente adquirir es aquel hombre’, que se traduce por ‘Vio a aquel hombre que compró inmediatamente los libros’.

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