Geografía de Irlanda (isla)

La costa oriental de Irlanda es regular y poco accidentada si se la compara con la costa occidental, envuelta de valles intensos, abruptos acantilados y cientos de pequeñas islas. Desde un punto de vista topográfico, puede decirse que la superficie de la isla tiene forma de cuba. Las primordiales elevaciones son los montes Mourne, que se alzan en el noreste, los montes Donegal en el norte, los montes Sperrin en el noroeste, los montes Maumturk en el oeste, las montañas Caha en el suroeste, los montes Boggeragh en el sur, y las montañas Wicklow en el este. Carrantuohill (1.041 m), en la parte suroccidental de la isla, es la cima más elevada de Irlanda. En la llanura central, igualmente denominada tierras bajas, hay copiosas turberas y lagos. Los primordiales ríos de Irlanda son el Erne y el Shannon, que son en realidad una sucesión de lagos unidos por pequeños tramos fluviales.

La costa occidental de Irlanda se caracteriza por sus altos acantilados y por sus calas penetrantes desarrolladas por la acción de los ríos y la fuerza del océano Atlántico.

El clima de Irlanda es peculiarmente oceánico, con temperaturas suaves, nula amplitud térmica, y precipitaciones en torno a 1.000 mm anuales.

Una de las primordiales elevaciones de Irlanda son los montes Mourne, que se alzan en el noreste de la isla, dentro de Irlanda del Norte. Estas montañas de 24 kilómetros de longitud alcanzan una altitud máxima de 852 m en el pico Slieve Donard, el punto más alto de Irlanda del Norte.

La mayoría de la flora irlandesa es común con la de Gran Bretaña. Consiste especialmente en juncias, juncos, helechos y hierbas. En cuanto a la fauna, hay pequeños roedores autóctonos y pájaros en los bosques, campos, y costas. El reptil más extendido es el lagarto.

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