Entorno natural de Norteamérica

La forma de Norteamérica se aproxima a la de una cuña, con una anchura máxima al norte. La mayoría de su masa continental se halla en latitudes medias, con una considerable sección septentrional dentro de las regiones árticas y una pequeña parte en torno al trópico de Cáncer. El continente se despliega, de este a oeste, entre los 12° de longitud O, en Nordost Rundingen (Northeast Foreland o punta Nororiental), al noreste de Groenlandia, hasta los 172° de longitud E, en el extremo occidental de la isla Attu, en Alaska. Su prolongación de norte a sur es de 69°, desde los 83° de latitud N, en el cabo Morris Jesup (Groenlandia), hasta los 14° de latitud N, en el sur de México. Norteamérica limita al norte con el océano Ártico, al este con el océano Atlántico, al sur con el golfo de México y el istmo de Tehuantepec (México), y al oeste con el océano Pacífico. La superficie del continente es de 23,5 millones de kilómetros cuadrados en torno a.

Su contorno es extremadamente irregular; algunos tramos significativos son parcialmente uniformes, sin embargo habitualmente el litoral es recortado, con copiosas bahías e islas cercanas a la costa, especialmente al norte. El subcontinente presenta tres monumentales escotaduras costeras: la bahía de Hudson al noreste, el golfo de México al sureste y el golfo de Alaska al noroeste.

2.1 Historia geológica

Según la teoría ampliamente aceptada de la tectónica de placas, casi toda Norteamérica se corresponde con la placa norteamericana. Se considera que Norteamérica estuvo una vez unida a Europa y a África y que inició a separarse hace unos 170 millones de años, en el periodo jurásico; el proceso de deriva continental aceleró esta división hace 95 millones de años en torno a, a lo largo del periodo cretácico. Al tiempo que Norteamérica se desplazaba hacia el oeste a una media de 1,25 cm al año, se considera que la placa del océano Pacífico se intercala por debajo de la placa norteamericana y, por esta razón, provocó un plegamiento temprano, incuestionable hoy día en una serie de altas montañas situadas en la costa occidental. Mientras el océano Atlántico se abría, se produjeron grandes fallas a lo largo de la costa oriental.

2.2 Regiones fisiográficas

Norteamérica se puede dividir en cinco significativos regiones fisiográficas. La mitad oriental de Canadá, al igual que la mayoría de Groenlandia y parte de los estados de Minnesota, Wisconsin, Michigan y Nueva York, en Estados Unidos, conforman el escudo Canadiense (o macizo Laurentiano), una región mesetaria compuesta por antiguas rocas cristalinas, con suelos indigentes y cubierta por densos bosques al sur. La segunda región es la llanura costera que se despliega por la mayoría del este de Estados Unidos y México. En Estados Unidos la llanura costera limita al oeste con una tercera región, que entiende una cordillera montañosa parcialmente estrecha, formada en esencia por los montes Apalaches. La cuarta región engloba la parte central del continente, desde el sur de Canadá hasta el suroeste de Texas, y muestra una espaciosa llanura que ha experimentado periodos alternos de inmersión por debajo del mar y de emergencia, lo que ha determinado que esté cubierta por capas de rocas sedimentarias hasta una gran profundidad. No es una llanura inacabable, pues entiende terrenos ondulados e inclusive accidentados, como la meseta de los Ozark. La parte occidental engloba las llamadas Grandes Llanuras, que se elevan hacia las montañas Rocosas.

La quinta y más occidental región de Norteamérica, que se despliega por gran parte de México, presenta una indiscutible actividad orogénica; su actual historia geológica está definida por los movimientos de la corteza y la actividad volcánica. Las montañas Rocosas, en efecto, están emparentadas geológicamente con la cordillera sierra Madre oriental de México. Al oeste hay un área de cuencas dispersas y altas mesetas, que incluyen la meseta interior de la Columbia Británica en Canadá, la meseta del Colorado, la Gran Cuenca de Estados Unidos y la espaciosa llanura central de México o altiplanicie Mexicana. A lo largo de la costa del Pacífico se alzan varios sistemas montañosos elevados, que se esparcen desde la cordillera de Alaska hasta la sierra Madre occidental y la sierra Madre del Sur, en México. En medio se hallan las montañas Costeras de la Columbia Británica canadiense y la cordillera de las Cascadas, las cordilleras Costeras y la sierra Nevada, en Estados Unidos. Entre estas cordilleras existen algunas zonas llanas, como el exuberante valle central de California. El punto más alto de Norteamérica, el monte McKinley, igualmente llamado Denali (6.194 m), está ubicado en la cordillera de Alaska, y el punto más bajo, a 86 metros por debajo del nivel del mar, se halla en el valle de la Muerte, en la Gran Cuenca californiana.

2.3 Hidrografía

La gran cordillera Norteamericana, especialmente la cresta de las montañas Rocosas, conforma una divisoria que divide el subcontinente en dos grandes vertientes: la oriental, donde los cursos de agua fluyen hacia el océano Ártico, la bahía de Hudson, el océano Atlántico y el golfo de México; y la occidental, cuyos ríos discurren hacia el océano Pacífico.

Dos significativos sistemas de drenaje —el sistema formado por los Grandes Lagos y el río San Lorenzo y el sistema de los ríos Mississippi y Missouri— dominan la hidrografía de Norteamérica oriental y central. Los cinco Grandes Lagos (Superior, Michigan, Hurón, Erie y Ontario) drenan el noreste hacia el océano Atlántico, a través del río San Lorenzo. La mayoría de la región central de Estados Unidos y una pequeña parte del centro de Canadá está recorrida de norte a sur por las aguas de río Mississippi y sus afluentes, en especial por el Missouri, el curso fluvial más largo de Norteamérica. Igualmente en dirección al golfo de México y mar de las Antillas discurren los ríos Bravo y Pánuco, entre otros. Hacia el Ártico fluye el río Mackenzie, en Canadá occidental, que desemboca en el mar de Beaufort, mientras que otros muchos vierten sus aguas en la bahía de Hudson. Al oeste de la gran divisoria continental sobresalen los ríos Colorado, Sonora, Yaqui, Balsas, Columbia, Fraser y Yukón.

La mitad meridional de Norteamérica contiene algunos significativos lagos naturales, sin embargo son Canadá y el norte de Estados Unidos quienes tienen un mayor número de ellos y con dimensiones importantes. El Superior, el lago de agua dulce más considerable del mundo, y diez de los veinticinco lagos naturales más grandes se hallan en esta región. El lago Mead, junto al río Colorado (Estados Unidos), es un gran lago artificial, y el Gran Lago Salado, en Utah, destaca por la alta salinidad de sus aguas. En México, el más extenso es el lago de Chapala, que recibe las aguas de varios ríos.

2.4 Clima

A pesar de que Norteamérica tiene una considerable diversidad de climas, se pueden considerar cinco significativos regiones climáticas. Alaska y los dos tercios septentrionales de Canadá, al igual que toda Groenlandia, presentan un clima subártico y ártico, en los que los inviernos oscuros, largos y extremadamente fríos se alternan con veranos breves y frescos. La mayoría de la región, que recibe parcialmente pocas precipitaciones, está cubierta de nieve y hielo a lo largo de gran parte del año. Una segunda región climática engloba los dos tercios orientales de Estados Unidos y Canadá meridional. Se caracteriza por un clima húmedo, en el que las cuatro estaciones están muy distinguidas y los cambios en el tiempo atmosférico son frecuentes. El promedio de temperaturas de la parte meridional de esta región es más elevado. La tercera región incluye el interior del oeste de Estados Unidos y gran parte del norte de México, donde dominan las extensiones desérticas y de montaña, que habitualmente reciben insuficientes precipitaciones aunque con significativas alteraciones locales, debidas a la altitud y a la orientación de las vertientes. La cuarta región climática engloba una estrecha franja a lo largo del océano Pacífico, desde el sur de Alaska hasta el sur de California; goza de inviernos parcialmente templados y húmedos y veranos bastante secos. La mayoría del sur de México tiene un clima tropical, con calor a lo largo de la totalidad del año y considerables precipitaciones, en especial en los meses estivales.

2.5 Flora

La actividad humana ha cambiado de forma significativa la flora natural de Norteamérica, sin embargo su naturaleza básica aún se preserva en gran parte del continente. El bosque más eminente es la taiga, o bosque boreal, formado básicamente por coníferas, como piceas, abetos, tsugas y alerces; cubre la mayoría de Canadá meridional y central y se despliega hasta Alaska. Al este de Estados Unidos un bosque mixto, sometido por árboles caducifolios al norte y por varias especies de pino amarillo al sureste, ha sido en gran parte desmontado o talado, sin embargo un área considerable ha vuelto a realizarse desde la década de 1940. En la parte occidental del continente, los bosques están asociados especialmente a las cordilleras montañosas, con un predominio de las coníferas. En California, la secuoya de madera roja y la secuoya gigante alcanzan un tamaño enorme. Los bosques tropicales de México se explican por su gran diversidad de especies: tropicales (huayacán, caoba y cedro), coníferas (abeto, cedro blanco y oyamel) y bosques mixtos (encino, fresno, nogal y roble).

La vegetación de las extensiones más áridas del subcontinente está compuesta especialmente por praderas y monte bajo. Las llanuras y praderas de Estados Unidos y Canadá meridional se encontraban inicialmente cubiertas de hierba, sin embargo gran parte de la flora natural ha sido sustituida por cultivos comerciales. Las tierras de secano del oeste de Estados Unidos y México septentrional están ocupadas en algunas regiones por una gran diversidad de arbustos de porte bajo y mediano (mezquitales y nopaleras), así como por varias especies de cactáceas, agaves y yuras. Entre la línea septentrional del bosque y las extensiones de nieves perpetuas se despliega la tundra, con juncos, hierbas bajas, musgos y líquenes.

2.6 Fauna

La fauna salvaje nativa de Norteamérica era numerosa y diferente, sin embargo la divulgación de los asentamientos humanos ha motivado la reducción del tamaño de los hábitats y del número de especies. En general, la fauna de Norteamérica es parecido a la de las extensiones septentrionales de Europa y Asia. Destacan los grandes mamíferos, como los osos (el mayor de los cuales es el grizzly), el carnero canadiense, el oso hormiguero, el ocelote, el venado, el bisonte (que se integra a la fauna característica del norte de México y de Estados Unidos, y del que hoy en día apenas existen rebaños protegidos), el caribú, el buey almizclero y el wapití. Los grandes carnívoros incluyen el puma, el jaguar (en las regiones más meridionales), el lobo y su pariente de menor tamaño, el coyote, y, en el extremo norte, el oso polar. Una especie de marsupial, la zarigüeya, es endémica del subcontinente. De los copiosos reptiles, pocos son venenosos, como la serpiente coral, las víboras, la serpiente de cascabel, el monstruo de Gila y el lagarto de collar, presente en el suroeste de los Estados Unidos y México, los exclusivos lagartos venenosos del mundo. Gran diversidad de peces y mariscos viven en las aguas marinas cercanas a la costa de Norteamérica, y otros muchos peces pueblan los ríos y lagos de agua dulce.

2.7 Recursos minerales

Norteamérica tiene monumentales yacimientos de gran diversidad de minerales significativos. Existe petróleo y gas natural en significativos cuantías en el sur de Alaska, el oeste de Canadá, el sur y el oeste de Estados Unidos y el este de México; grandes lechos de carbón se hallan al este y oeste de Canadá y Estados Unidos; y mineral de hierro en el este de Canadá, norte de Estados Unidos y centro de México. Canadá igualmente tiene significativos depósitos de cobre, níquel, uranio, cinc, asbesto y potasio. Estados Unidos tiene grandes cuantías de cobre, molibdeno, níquel, fosfatos y uranio, y México tiene importantes reservas de baritina, cobre, fluorita, plomo, cinc, manganeso y azufre, así como significativos yacimientos de oro y plata, siendo hoy en día el primer productor de plata en el mundo.

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