Energía en Asia

A pesar de que la producción total de energía se ha aumentado mucho desde la década de 1960, su consumo per cápita sigue siendo muy bajo en la mayoría de los países asiáticos. Los países con mayor desarrollo económico, como por ejemplo las antiguas repúblicas soviéticas, Japón, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong, Malaysia, Kuwait, Turquía, Israel y Arabia Saudí tienen unos niveles de consumo entre moderados y altos. Las fuentes de energía en numerosas regiones dependen de los recursos locales, en específico de la madera.

En el suroeste de Asia la fuente de energía preponderante es el petróleo. El potencial hidroeléctrico de la India es grande: más de la mitad de la electricidad generada en el país procede de la energía hidráulica. Pero, la mayoría de la demanda de energía de la India rural aún se cubre con la combustión de estiércol, madera y carbón vegetal. En el Sureste asiático la producción de petróleo es considerable, como en Indonesia y Brunei, sin embargo la energía hidroeléctrica y la madera siguen siendo las notorios fuentes de energía domésticas. China y Japón han demostrado que las centrales hidroeléctricas a pequeña escala pueden abastecer de energía de manera efectiva a pequeñas ciudades y extensiones rurales.

Al parecer, China tiene unas 90.000 pequeñas centrales hidroeléctricas en funcionamiento accionadas únicamente por la corriente fluvial (sin presa), situadas en su mayoría en China meridional, además de unas veinte centrales de mayor magnitud. Pero, el carbón sigue siendo la destacado fuente de energía en China. En Japón lo es el petróleo, si bien casi todos los artículos petrolíferos son importados. La potencia hidroeléctrica de Siberia es inmensa, aunque sólo recientemente se ha empezado a estallar.

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