El desarrollo del judaísmo rabínico

La destrucción del segundo Templo a manos de los romanos en el 70 d.C. y la contención de una segunda rebelión mesiánica entre el 132 y el 135, liderada por Barcokebas, supusieron unas legítimas catástrofes para el judaísmo, de no menor magnitud que la de la destrucción del primer Templo en el 586 a.C. El liderazgo de los sacerdotes recibió un duro revés. En este entorno histórico-social apareció el movimiento rabínico. Dado que el pueblo judío había perdido el control de su destino político, los rabinos pusieron un especial énfasis en el estilo de vida como conjunto espiritual. Predicaban que si diariamente se actuaba conforme a la Torá, tal como lo indicaban las tradiciones rabínicas, a través del estudio, la oración y la observancia, los judíos podrían conquistar la salvación, mientras aguardaban que Dios trajera la redención mesiánica para todo Israel. Algunos rabinos sostenían que si todos los judíos actuaban conforme a la Torá, el Mesías se vería empujado a venir. Institucionalmente, la sinagoga (que ha existido desde antes del 70 a.C.) y la hogar de estudio rabínicos reemplazaron el templo derribado.

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