Educación y cultura de Afganistán

En Afganistán se pueden discernir dos sistemas educativos diferentes. Uno, de carácter religioso, tiene a los mulás como figuras centrales, en tanto que son los que se encargan de dar lección los preceptos del Corán así como la lectura, la escritura y el cálculo matemático. El otro sistema, implantado en 1964, promovía la educación elemental gratuita y obligatoria para los niños de 7 a 15 años, aunque este propósito ocasionalmente llegó a alcanzarse. Sólo el 58% de los habitantes mayores de 15 años está alfabetizado, conforme estimaciones para 2001. Algunos entendidos consideran inclusive que esta cifra es demasiado elevada, ya que a finales de ese año el 80% de las escuelas habían sido destruidas. En 1995, las escuelas primarias tuvieron una matriculación anual de 1.312.197 alumnos, las secundarias de 512.851, y las fundaciones de educación superior de en torno a 10.000. La Universidad de Kabul, desarrollada en 1932, fue el destacado y más afamado centro de educación superior hasta el conflicto bélico civil.

4.1 Bibliotecas y museos

Las insuficientes bibliotecas significativas se localizaban en la capital. Gran parte del material preservado en la biblioteca de la Universidad de Kabul se replegó a lo largo del conflicto bélico. El Museo Nacional de Kabul (1922), el mayor del país, era el más destacado por su recopilación de objetos budistas antiguos. Algunas de sus piezas más estimables eran llevadas a la URSS a lo largo de la ocupación soviética; se desconoce su localización actual. En 1993, el museo fue bombardeado y saqueado. El comercio de antigüedades afganas llegó a ser, a lo largo de la década de 1990, una de las actividades ilegales más lucrativas. Más de 2.700 objetos artísticos que aún se conservaban en los museos afganos eran derribados en 2000 a lo largo del régimen talibán.

4.2 Literatura

La tradición de la narración oral sigue viva en Afganistán, en gran parte como consecuencia del analfabetismo extensivo. Esta antigua práctica es muy apreciada en la sociedad y sirve como medio de transmisión de valores y convicciones al mismo tiempo que como forma de entretenimiento. La Sociedad Histórica de Afganistán y la Academia de Pashto publicaban revistas literarias y fomentaban la incorporación de escritores, aunque muchos de sus esfuerzos se vieron frenados a raíz del conflicto bélico civil.

4.3 Arte, música y deportes

La vida cultural afgana ha girado en torno a las artes y actividades convencionales. La joyería de oro y plata, alfombras de estilo persa y una diversidad de diversos productos de piel se hacen de forma artesanal. La música se manifiesta en cantos, baladas y bailes conocidos convencionales. El attan es el baile convencional más característico. Se realiza en un gran círculo con los danzantes dando palmas y moviendo ágilmente sus pies al compás de la música. Los deportes conocidos incluyen el polo, el ghosai, un deporte de equipo parecido al combate, y el buzkashi, un juego que usa una res muerta en lugar de una pelota o un disco que debe ser situada en un lugar específico.

En Afganistán se podían encontrar miserias, construcciones arquitectónicas y otras piezas artísticas de gran valor. Pero, la tumultuosa historia actual del país ha generado que numerosas de ellas se hayan perdido. En marzo de 2001, por ejemplo, militantes talibanes destruyeron las dos gigantescas estatuas de Buda perforadas en roca en el acantilado de Bamiyan hace 1.500 años.

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