Budismo (Filosofía china)

A lo largo de los siglos II y III d.C., un conjunto de desencadenantes sociales y financieros llevaron a la caída de la dinastía Han, causando la desunión política y la invasión extranjera. El vacío filosófico desarrollado por el derrumbe del confucianismo Han fue resuelto por el taoísmo e igualmente por el budismo, una filosofía así pues nueva en China. Un conjunto de pensadores taoístas intentó reconciliar las instrucciones confucianas de la responsabilidad social con la naturalidad y misticismo del taoísmo, un segundo conjunto buscó desbandarse del agitado clima político existente a través de la convicción en el placer como único bien.

El budismo penetró en China desde la India y Asia central entre los siglos I y VI d.C. El desconocimiento del idioma dificultó al principio a los chinos la aprehensión de las sutilezas del sistema de Buda. Entre los siglos III y VIII, sin embargo, se tradujo la doctrina budista y ésta fue extendida por todos los niveles de la sociedad china por peregrinos que volvían de la India y por Kumarajiva, el gran traductor de los sutras del sánscrito al chino. Las instrucciones del budismo fueron ante todo religiosas y suponían desbandarse de los sufrimientos de la vida y la reencarnación sin fin, desarrollados por los anhelos humanos, alcanzando un estado indescriptible de ausencia de anhelo, conocido como nirvana. El budismo tuvo igualmente mucha relevancia porque las fórmulas para conquistar el nirvana que condujo a China incluían meditaciones metafísicas muy complejas sobre la naturaleza de la existencia.

La evolución del budismo en China se ajustó a la preferencia china por el sincretismo, la conciliación de credos religiosos opuestos. El budismo hindú se dividía en sectas, algunas de las cuales propugnaban que los elementos básicos de la existencia eran reales (realismo) y otras que eran irreales, o que se encontraban vacíos (idealismo) de fondo. Ninguna de estas posiciones excesivas pudo satisfacer a los filósofos budistas chinos de la secta T’ien T’ai que formularon la “Triple verdad en perfecta equilibrio” para esclarecer la naturaleza de la existencia. Esta doctrina propugnaba que, aunque las cosas están básicamente vacías, tienen una existencia temporal y ésta es la legítima naturaleza de todas las cosas en el Universo. La metafísica sincrética de la secta T’ien T’ai desarrolló la mayor contribución doctrinal al budismo, sin embargo la secta de la meditación, que instruía el método directo intuitivo para penetrar en la legítima naturaleza del universo, tuvo un alcance y permanencia mayores en China. Esta secta es conocido mejor en el mundo occidental por su nombre japonés de budismo Zen.

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