Arte chino

Arte chino, conjunto de expresiones artísticas que se realizaron en China desde la edad de piedra hasta el siglo XX, periodo durante el cual tuvieron lugar los primordiales capítulos de la civilización más antigua del mundo. El principio básico de todos los trazos de la cultura china es el equilibrio armónico y, así, su arte es una sutil amalgama de tradiciones e innovaciones, de ideas autóctonas y foráneas, y de imágenes profanas y religiosas.

Los emperadores chinos fueron los primeros y los más asiduos mecenas artísticos. Muchos artistas y arquitectos eran empleados públicos que trabajaban por requerido real. En contraste, los artistas aficionados, que en muchos casos eran empleados públicos retirados o exiliados, podían trabajar sin las limitaciones que imponía la corte y su obra evidencia un fuerte individualismo, distanciado de los estilos imperiales. La subida al cetro o el destronamiento de las desemejantes casas reales afectó hondamente al desarrollo del arte en China aunque, si bien las nuevas dinastías expresaban inclinaciones diferentes, todas ellas compartían el mismo interés por conservar la tradición. Los mandatarios, especialmente los que establecían una nueva dinastía, ansiaban consolidarse ante los ojos de sus vasallos y la manera normal de conquistar su amparo era continuar con las realizaciones artísticas de las dinastías previos. La corte frenaba igualmente las nuevas corrientes provenientes de India o de Oriente Próximo, y cualquier idea restauradora en materia de arte, religión o filosofía era incorporada con cuidado a la trama ya existente de la vida china.

El arte de los primeros periodos dinásticos (las dinastías Shang, Zhou, Ch’in y Han, c. 1766 a.C.-220 d.C.), que se realizaron en la edad del bronce, se ocupaba en el culto a los muertos. Los mandatarios y sus empleados públicos, alarmados por asegurarse la inmortalidad y el paso a la otra vida, cimentaron y decoraron lujosas sepulturas subterráneas, numerosas de las cuales se preservan intactas. Al lado del ataúd se ponían vasijas de bronce de formas liosas, armas, jades tallados y objetos de cerámica dirigidos a suministrar al difunto comodidad y protección en el otro mundo. Las paredes de la cámara mortuoria se decoraban con escenas ornamentales, talladas o pintadas, que representaban leyendas conocidos o actividades de la vida ordinaria. Las excavaciones, que se han multiplicado desde 1950, han sacado a la luz gran cuantía de antigüedades.

En los años que siguieron a la caída de la dinastía Han en el año 220, la aparición de extranjeros y la inestabilidad política afectaron a la idiosincrasia del arte chino. El budismo, introducido en el siglo I, trajo de la India nuevos estilos de arquitectura, escultura y pintura. Adicionalmente, con la doctrina budista, que introduce el concepto de la reencarnación, decayó la tradición de los entierros opulentos. En el siglo VII, bajo la dinastía Tang (618-907), los asuntos artísticos se habían vuelto más cosmopolitas y mundanos. La arquitectura seglar alcanzó una fama sin precedentes, floreció la pintura de paisajes y de retratos, y los progresos tecnológicos en el ámbito de la cerámica llevaron al desarrollo de la porcelana fina.

A lo largo de la dinastía Tang tuvo lugar un florecimiento de las artes que se difundió a las dinastías posteriores. La pintura de paisajes se transformó en un importante medio de expresión tanto artístico como filosófico, especialmente entre los wen-jen (hombres extremadamente cultos, diestros en la escritura, la música, la pintura y la poesía). Los pintores de la corte incrementaron las colecciones reales con pinturas de pájaros, flores, animales y niños, asuntos favoritos en el arte chino. La caligrafía, arte de la escritura hermosa, recibió un importante lugar. Adicionalmente de las artes pictóricas, la cerámica y la porcelana consiguieron nuevas cotas de fama tecnológica y estética, siendo una de las artes orientales más desarrolladas y duraderas. Los integrantes de la realeza y las clases adineradas decoraban su hogar con gran diversidad de objetos, como lacas, tapices, tallas de marfil, tallas de jade y objetos de metal. A partir de la dinastía Song (960-1279), igualmente la arquitectura alcanzó un mayor grado de sofisticación. Aún se preservan en Pekín numerosas de las estructuras construidas durante las etapas Ming (1368-1644) y Qing (Manchú, 1644-1911).

A lo largo de la historia de China, los artistas han acogido una esmerada preparación en su especialidad y, a excepción de los aficionados, solían pertenecer a grandes talleres bien organizados. El conocimiento de los materiales y de las técnicas era transmitido de descendencia en descendencia dentro de las familias de artistas. Si bien utilizaban instrumentos parcialmente sencillos, como pinceles de bambú o batidores de madera, la construcción de sus telares, hornos y fundiciones revela que sus procesos de producción eran complejos. El torno de alfarero, desarrollado en el periodo neolítico, y las importantes obras de fundición de bronce desarrolladas durante la dinastía Shang son la revelación del gran nivel técnico de estos artistas antiguos.

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