La pesquisa sobre el ADN tiene un impacto significativo, en especial en el ámbito de la medicina. A través de la tecnología del ADN recombinante los científicos pueden modificar microorganismos que llegan a transformar en legítimas fábricas para hacer grandes cuantías de sustancias útiles. Por ejemplo, esta técnica se ha empleado para hacer insulina (necesaria para los enfermos de diabetes) o interferón (muy útil en el tratamiento del cáncer). Los estudios sobre el ADN humano igualmente revelan la existencia de genes asociados con afecciones específicas como la fibrosis quística y determinados tipos de cáncer. Esta información puede ser estimable para el diagnóstico preventivo de varios tipos de afecciones.
La medicina forense emplea técnicas desarrolladas en el curso de la pesquisa sobre el ADN para considerar delincuentes. Las muestras de ADN tomadas de semen, piel o sangre en el escenario del crimen se comparan con el ADN del sospechoso; el resultado es una prueba que puede emplearse ante los tribunales. Véase Pruebas de ADN.
El estudio del ADN igualmente ayuda a los taxónomos a establecer las relaciones evolutivas entre animales, plantas y otras formas de vida, ya que las especies más cercanas filogenéticamente presentan moléculas de ADN más afines entre sí que en el momento en que se comparan con especies más distantes evolutivamente. Por ejemplo, los buitres americanos
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