Américo Vespucio

Américo Vespucio o Amerigo Vespucci (1454-1512), navegante y descubridor italiano al servicio de España, cuyo nombre sirvió para denominar el continente recién descubierto, América.

Nació en la ciudad italiana de Florencia en 1454, en una familia acomodada cercana al círculo de los Medici, lo que le aceptó entrar en contacto con significativos humanistas de la Florencia renacentista. En 1478 marchó a París, donde ejerció funciones administrativas para su tío Guido Antonio Vespucio, que había sido designado embajador de Lorenzo el Magnífico de Medici en la corte de Luis XI. En Francia completó Vespucio la formación que había acogido en su ciudad natal. Tras el fallecimiento de su padre en 1482, regresó a Florencia y se sostuvo hasta 1491 al servicio de los Medici.

En 1492 se desplazó a España para representar los intereses comerciales de esta familia en Sevilla, donde se puso al servicio de Juanoto Berardi, florentino focalizado en el comercio de oro y prisioneros y proveedor de los aprestos de las naves en las viajes al Nuevo Mundo. Tras el fallecimiento de Berardi en 1496, Vespucio sentenció dedicarse a la navegación.

Entre 1499 y 1502 desarrolló varios viajes a América que relató en cinco cartas dirigidas a diferentes destinatarios. Determinar el número de viajes que desarrolló a este continente conforma una de las cuestiones más controversias. La mayoría de sus biógrafos asienten que Vespucio se embarcó en Cádiz en 1499 en la flota de Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa. Siguiendo la ruta del tercer viaje de Cristóbal Colón, recorrió la costa norte de América Latina y llegó hasta el cabo de la Vela (Venezuela) retornando en junio de 1500 a Cádiz.

En 1501 se desplazó a Lisboa desde donde partió nuevamente al Nuevo Mundo, esta vez bajo bandera portuguesa, en la peregrinación que dirigía Gonzalo Coelho a instancias del monarca de Portugal, en busca de la ‘especiería’, en las Molucas. Con salida desde Lisboa, tras pasar por Cabo Verde, llegó a Brasil a finales del mismo año y, bordeando la costa en dirección sur, arribó a la Patagonia, cerca del estrecho que poco después demostró Fernando de Magallanes. Comprobó así que las tierras descubiertas no eran una prolongación de la península asiática, sino un nuevo continente. Este viaje fue transmitido por Vespucio en una carta que comandó a Lorenzo di Pier Francesco de Medici, editada en París en 1502 con el título de Mundus Novus. A él se refirió igualmente en la carta que comandó en 1504 a Piero Soderini, impresa con el título de Lettera di Amerigo Vespucci delle isole nuovamente ritrovate in quatro suoi viaggi.

La noticia del hallazgo de un nuevo continente se difundió con sorprendente rapidez por las cortes europeas y en círculos eruditos tan distanciados como la abadía de Saint Dié, en Lorena (Francia). El cosmógrafo Martin Waldseemüller se refirió en su Cosmographiae introductio —introducción para la versión latina de la Geografía de Claudio Tolomeo, preparada en esta abadía y divulgada en 1507— a las novedades de Vespucio. Allí se sentenció dar al nuevo continente el nombre de América en su honor.

Parece probable que entre 1503 y 1504 realizara un tercer viaje a las Indias, igualmente al servicio de Portugal, bajo la dirección de Fernando de Noronha, que llegó hasta Brasil. En 1504 se encontraba de retorno en Sevilla y al año cercano fue acogido por el monarca Fernando el Católico en Toro (provincia de Zamora) que le dio la ciudadanía castellana. En 1508 fue designado primer piloto mayor de la Casa de Contratación, puesto que compaginó con sus negocios indianos, invirtiendo su dinero en alguna de las flotas que partían al Nuevo Mundo. En abril de 1511 Vespucio redactó su testamento y falleció el 22 de febrero del año siguiente.

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