Amalgama, aleación en la que uno de los constituyentes es el mercurio. La mayoría de los metales, excepto el hierro y el platino, forman amalgamas que pueden ser líquidas o sólidas. Los metales alcalinos se disuelven con sencillez en mercurio y sus amalgamas pueden contener determinados compuestos semimetálicos, como el NaHg2.
La solubilidad del oro y de la plata en mercurio se emplea para la extracción de estos metales de sus menas, por el llamado método de amalgamación. En el caso de la plata se tritura la mena de plata nativa y se amalgama con agua y mercurio; la plata se disuelve en el mercurio configurando la amalgama, que se separa del mineral consumido y se destila en retortas de hierro. El mercurio volátil se condensa y se transforma a emplear, y la plata queda en la retorta.
Las amalgamas se emplean igualmente en cierto tipo de electrodos en sustitución de los metales puros, ya que se comportan, básicamente, como ellos, y en el caso de metales tan activos como el sodio, el potasio o el cadmio, los electrodos fabricados con sus amalgamas se pueden emplear en presencia de agua.
La amalgama de plata, que contiene un 50% de mercurio, un 20% de plata, un 12% de cobre, un 15% de estaño y un 3% de cinc, se emplea como empaste dental, aunque en la actualidad se tiende a suplir por otro tipo de materiales por causa de su potencial toxicidad.
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