Álvaro Uribe

Álvaro Uribe (1952- ), político colombiano, presidente de la República (2002- ), el primero que desde el conflicto armado de los Mil Días, terminada en 1903, alcanzó por elección la máxima magistratura de su país sin representar a ninguno de los dos grandes partidos, el Liberal o el Conservador.

2 ALCALDE Y GOBERNADOR

Hijo de un propietario agrícola, Álvaro Uribe Sierra, y de Laura Vélez, una política que llegó a ser concejala, Álvaro Uribe Vélez nació el 4 de julio de 1952, en Medellín. Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de Antioquia (1977), después alcanzaría el doctorado en dicha disciplina, al tiempo que iniciaba su carrera política como militante de las Juventudes Liberales. Del mismo modo, años después, en 1993, se diplomaría en Administración y Gerencia por la Universidad de Harvard, donde igualmente se preparó en la disciplina de Negociación de Conflictos.

En 1976, ejerció un significativo puesto en la compañía operadora de telecomunicaciones Bienes de Empresas Públicas de Medellín. Miembro del Partido Liberal, fue secretario general del Ministerio de Trabajo (1977-1978) a lo largo de la presidencia de Alfonso López Michelsen, director del Departamento de Aeronáutica Civil (1980-1982) en la de Julio César Turbay Ayala, y en 1982 fue designado magistrado de Medellín, puesto en el que se sostuvo cinco meses. El 14 de junio del año siguiente, su padre fue asesinado al aguantarse a su secuestro por integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Uribe continuó su carrera política en el seno de las filas liberales; concejal de Medellín (1984), fue senador a lo largo de ocho años al parecer electo para tal magistratura en los comicios legislativos de 1986 y de 1990. En el ejercicio de dicha representación senatorial, fue uno de los ponentes de algunas leyes sociales; especialmente, promovió una norma, la Ley 50/1990, que significó una reforma penetrante del mercado laboral a la que los sindicatos se opusieron con denuedo dadas sus características neoliberales.

Uribe sufriría varios atentados a lo largo de su vida, el primero de ellos a comienzos de la década de 1990, en el momento en que una bomba detonó en la habitación en la que se hospedaba. Elegido administrador de Antioquia en octubre de 1994, ejerció el puesto desde el 2 de enero de 1995 hasta el 31 de diciembre de 1997. En ese periodo, redujo el gasto público del departamento, creó copiosas plazas escolares y fomentó el avance de fundaciones de crédito popular.

Después, marchó al Reino Unido para ejercer como docente asociado en el Saint Anthony College de la Universidad de Oxford, puesto docente en el que se sostuvo desde 1998 hasta 2000. Regresó a Colombia ese último año y intervino en los preparativos del Partido Liberal para las elecciones presidenciales que habrían de tener lugar dos años después, y en las que Horacio Serpa sería el candidato de su formación política.

3 CANDIDATO PRESIDENCIAL

Uribe sostuvo serias discrepancias con Serpa (el cual respaldaba la política de negociación con la guerrilla mantenida por el presidente preservador Andrés Pastrana) y, transformado en disidente, sentenció presentarse como independiente a aquellos comicios de 2002. Entendiendo que el modelo de combate contra la violencia de Pastrana, seguido igualmente por Serpa, suponía la sumisión del Estado a la guerrilla, se decantó por resguardar su propio programa político, que respondía a los esquemas habituales del centro derecha, propio de los partidos conservadores occidentales, sin embargo que adquiría un pacto indicante con el propósito de la violencia que azotaba a Colombia desde hacía décadas.

Fue objeto de atentados frustrados antes y a lo largo de la campaña electoral. El 8 de septiembre de 2001, la Policía evitó que tuviera éxito un plan de las FARC para asesinarle en Bogotá a través de la detonación de dos bombas ocultas. A finales de 2001, salió ileso de una explosión en Barranquilla. Finalmente, el 14 de abril de 2002, una carga de dinamita detonó en el momento en que su vehículo blindado circulaba por una calle de la misma ciudad de Barranquilla y, aunque sus autores no consiguieron su propósito, asesinaron a dos personas.

Contra todo pronóstico, sus expectativas de voto iban creciendo a medida que se acercaba la fecha de la votación. Políticos como el ex presidente López Michelsen le brindaban su amparo. El 1 de abril, su designación se hizo oficial, apoyada por una plataforma no electoral llamada Primero Colombia. Por su parte, los preservadores del partido en el poder se reagruparon de la contienda electoral al ver las insuficientes oportunidades de su candidato, Camilo Restrepo.

El 26 de mayo de 2002, las urnas le convirtieron en presidente electo, sin necesidad de tener que recurrir a una segunda vuelta. Con una insuficiente cooperación, como era habitual en las actuales convocatorias electorales colombianas (dictaminó el 46,8% del electorado), Uribe recibió el 53% de los sufragios emitidos y superó con claridad a Serpa (que recibió el 31,7%).

4 PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

El fascinante triunfo de Uribe, que tomó posesión del puesto el cercano 7 de agosto, fue representado por los analistas como una consecuencia de la separación del proceso de paz a lo largo de los últimos meses de gobierno de Pastrana, y del subsiguiente repunte de la violencia, así como de la reacción del pueblo colombiano ante la inaptitud de los partidos convencionales para alcanzar la paz y favorecer el incremento económico. En este entorno, su programa político de autoridad y firmeza democráticas ante la guerrilla (tachado de derechista por sus contrincantes) encontró un gran respaldo en la ciudadanía.

Pronto, convocó un referéndum de 15 cuestiones que habría de tener lugar el 25 de octubre de 2003 y que procuraba abordar una penetrante reforma del red político del país (sus primordiales propósitos eran reducir de forma tajante el gasto público y eliminar la corrupción). Pero, la holgada abstención registrada el día de la consulta (no se llegó al preceptivo 25% de votos) imposibilitó que se aceptara ninguna de las propuestas presidenciales. La dificultad gubernamental se agudizó en el momento en que, en noviembre de ese año, y en el espacio de menos de una semana, dimitieron tres de sus primordiales ministros y el jefe de las Fuerzas Armadas. Pero, el primer triunfo de Uribe llegó en el intervalo de ese mismo mes, en el momento en que los paramilitares se comenzaron a proporcionar sus armas al gobierno, cumpliendo así el plan dispuesto que comprendía que, para finales de 2005, se habrían desmovilizado los 13.000 integrantes de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), las cuales habían comunicado una tregua unilateral en diciembre de 2002. Lo cierto es que, el 1 de julio de 2004, arrancaron las negociaciones oficiales entre los paramilitares y el gobierno, que persistirían en el marco de la Ley de Justicia y Paz.

El 17 de agosto de 2003, con precedencia a esos progresos, Uribe había sido víctima en las cercanías de la ciudad antioqueña de Granada de un nuevo intento de homicidio, como igualmente lo sería en diciembre de 2004.

Uribe consiguió que el Congreso Nacional aceptara, el 1 de diciembre de 2004, la reforma constitucional que le posibilitaría poder presentarse a la reelección para un segundo mando (esta modificación quedó a la espera de la determinación de la Corte Constitucional, que falló favorablemente a la misma en octubre de 2005). Poco después, en enero de 2005, un suceso diplomático empañó las relaciones con la vecina Venezuela presidida por Hugo Chávez. La detención de un jefe de las FARC en la capital venezolana llevó al gobierno de Chávez a requerir disculpas al colombiano. Finalmente, ambos presidentes cerraron sus desavenencias un mes después.

En diciembre de 2005, una delegación del gobierno (encabezada por el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo) y representantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se reunieron en La Habana y mantuvieron un “coloquio exploratorio”, hecho que fue estimado como el posible primer paso para la preparación de un marco que permitiera comenzar en el futuro un eventual proceso de paz. En febrero de 2006, ambas partes realizaron, igualmente en la capital cubana, una segunda ronda de charlas.

Las elecciones legislativas del 12 de marzo de 2006 supusieron una clara conquista de los diversos partidos que le eran afines, de forma que el bloque del uribismo, del que constituían parte el Partido Social de Unidad Nacional (o Partido de la U) y el Partido Conservador, entre otros, pasó a contar con mayoría absoluta tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Estos comicios supusieron el preludio de su absoluto triunfo en los presidenciales del cercano 28 de mayo, en los que, nuevamente candidato por Primero Colombia, consiguió la reelección al obtener el 62,2% de los votos (Carlos Gaviria, del Polo Democrático Alternativo, consiguió el 22%; y Horacio Serpa, del Partido Liberal, el 11,8%). En su alegato de investidura, que tuvo lugar el 7 de agosto, Uribe se responsabilizó con rastrear la apaciguamiento total del país en torno a su política de “Seguridad Democrática”, y a reforzar el contenido social de su administración (con la producción de empleo y el combate contra la precariedad laboral como grandes retos).

En octubre de ese año 2006, tras un atentado atribuido a las FARC, Uribe hizo pública su determinación de poner fin a todo tipo de acercamiento y de adoptar únicamente la vía militar y policial para procurar el rescate de las personas que dicha organización propugnaba retenidas.

En febrero de 2007, tuvo que hacer frente una grave dificultad como consecuencia del que fue designado escándalo de la parapolítica o paragate, desatado por la presunta vinculación con paramilitares de determinados políticos correspondientes o afines a su alianza gubernamental. Uno de sus primeros efectos fue la renuncia de María Consuelo Araújo, titular de la cartera de Asuntos Exteriores, cuyo padre y hermano podrían estar mezclados en estas conexiones.

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