Álvarez Quintero (Hermanos), dramaturgos españoles de nombres Serafín (1871-1938) y Joaquín (1873-1944), sellaron sus obras conjuntamente con el apellido familiar.
Los dos nacieron en Utrera (Sevilla) y murieron en Madrid. Autores muy prolíficos, más de 200 obras entre comedias, sainetes y zarzuelas, escribieron invariablemente juntos sobre su Andalucía natal, costumbrista y popular. Su visión es optimista y hedonista, con un lenguaje chispeante y unos personajes graciosos llenos de encanto y humanidad. Su teatro gozó en su tiempo de una gran aceptación por parte de la burguesía complaciente, aunque fue muy juzgado por los adustos autores de la descendencia del 98, sin embargo apreciado por escritores más esteticistas, como Ramón Pérez de Ayala, que valoraba la naturalidad de sus coloquios.
Su primera producción fue Esgrima y amor (1888), a la que siguieron, entre otras: La media naranja (1894), El ojito derecho (1894), El patio (1900), Solico en el mundo (1911), Las de Caín (1908), Cabrita que tira al monte (1916), Mariquilla Terremoto (1930) y Olvidadiza (1942). Igualmente escribieron un drama sentimental y rural: Malvaloca (1912). Ambos eran integrantes de la Real Academia Española y en 1928 se les tributó un tributo nacional.
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