Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), órgano subsidiario de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desarrollado para suministrar protección jurídica internacional a los refugiados y encontrar soluciones estables a sus conflictos, que en términos generales incluyen la falta de residencia, afecciones y diferentes traumas psicológicos. El ACNUR fue desarrollado el 1 de enero de 1951 por determinación de la Asamblea General. Con precedencia, las actividades de identificación, registro, clasificación, cuidado, protección legal, repatriación y restablecimiento de los refugiados (así como de otros conjuntos desplazados) eran desarrolladas por la Organización Internacional para los Refugiados, agencia de la ONU ya oculta. Con un propósito social, humanitaria y apolítica, el ACNUR suministra protección y auxilio material a los refugiados que no reciben ayuda de otros organismos de la ONU. En el momento de su fundación, la organización se encargaba, especialmente, de los conflictos que afectaban a refugiados europeos. Pero, desde mediados de la década de 1950 florecieron conflictos en África, Asia y Latinoamérica que han aumentado el número de refugiados en dichos espacios geográficos.
El ACNUR tiene su sede en Ginebra (Suiza), y en la actualidad acude a más de 22 millones de personas en 120 países. En las dos últimas décadas, el ACNUR ha estructurado campamentos de refugiados de emergencia en conflictos como los de Kosovo, Timor Leste, el Golfo Pérsico, la región de los Grandes Lagos de África, la antigua Yugoslavia, la Federación Rusa o Mozambique, por citar apenas algunos. Debido a la labor desarrollada a lo largo de medio siglo, la organización ha ganado dos veces el Premio Nobel de la Paz (1954 y 1981) y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (1991). Desde su fundación, el puesto de Alto Comisionado ha sido ejercido por el neerlandés Gerrit Jan van Heuven Goedhart (1951–1956), los suizos Auguste R. Lindt (1956–1960) y Félix Schnyder (1960–1965), el iraní Sadruddin Aga Kan (1965–1977), el danés Poul Hartling (1978–1985), el suizo Jean-Pierre Hocké (1986–1989), el noruego Thorvald Stoltenberg (1990), la japonesa Sadako Ogata (1990–2000), el neerlandés Ruud Lubbers (2001-2005) y el portugués António Guterres (2005- ).
La financiación del ACNUR depende de contribuciones voluntarias, que son aportadas especialmente por los países occidentales industrializados. El papel destacado del ACNUR es asegurarse de que los estados estén al tanto de sus imposiciones para con los refugiados y solicitantes de asilo, y de que las acaten. De este modo, los estados tienen la responsabilidad de no destituir ni reponer a los refugiados o solicitantes de asilo a cualquier país donde puedan correr peligro, comprendido, claro está, el mismo país del cual escapan. Los estados tampoco deben establecer discriminaciones entre conjuntos de refugiados. Por el contrario, deben respaldar el acceso de los refugiados a sus derechos financieros y sociales, al menos, en el mismo grado en que los extranjeros residentes en el país de asilo lo hacen. Finalmente, tienen la responsabilidad de cooperar con el ACNUR. Y, por razones humanitarias, deben posibilitar la admisión de al menos el cónyuge y los hijos dependientes de cualquier persona a quien se le haya admitido el normamento de refugiado.
El ACNUR no únicamente suministra presencia a los refugiados, sino igualmente a otras categorías de desplazados o personas precisadas. Entre ellos se cuentan solicitantes de asilo, refugiados que han regresado a sus hogares sin embargo aún precisan ayuda para rehacer sus vidas, comunidades locales que se ven de forma directa afectadas por los desplazamientos de refugiados, personas apátridas y, cada vez más, los llamados desplazados internos.
La máxima autoridad de la organización es el Comité Ejecutivo, formado por representantes de los 61 estados integrantes, que se reúne anualmente en Ginebra para aceptar los programas, las directrices y las decisiones políticas. Los equipos de ACNUR trabajan, además, en cooperación con otras organizaciones, algunas de las cuales se han ido sumando a medida que las dificultades humanitarias se han vuelto más complejas y difíciles de contener. Entre ellas se hallan entidades de la ONU como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, el Programa Mundial de Alimentación (PMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
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