Alicatado, sistema de revestimiento aplicado a los paramentos de un espacio interior, compuesto por azulejos (baldosas cerámicas esmaltadas en la cara anterior). Estas pequeñas piezas modulares suministran al alicatado sus mejores cualidades, en especial la elevada impermeabilidad y la resistencia a los productos químicos desinfectantes. Por ello sigue siendo una de las soluciones más idóneas para recubrir estancias húmedas (cuartos de baño y cocinas) y otros espacios que deben conservar altas circunstancias higiénicas, como vestuarios deportivos, sanatorios, quirófanos o laboratorios.
Los azulejos se adhieren a la superficie de las paredes revocadas a través de mortero de cemento o adhesivos industriales, regulados en cada país por la normativa específica. Las baldosas igualmente se pueden trocear a través de cizallas especiales, para ajustar los remates de las esquinas y recubrir la totalidad del paramento.
La técnica del alicatado se remonta a la antigüedad mediterránea, en especial a la invención de la cerámica esmaltada y vidriada. Pero, fue la arquitectura islámica la que produjo resultados más brillantes, entre los que sobresalen los baños de la Alhambra de Granada o el interior de la mezquita Azul en Estambul, alicatada con azulejos de Iznik. Esta tradición, asociada a la producción en diversos centros de cerámica artística, continuó su curso a lo largo del periodo barroco en España, Portugal y las colonias americanas.
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