Alfredo Bryce Echenique

Alfredo Bryce Echenique (1939- ), escritor peruano que ha generado de su doble experiencia -la de limeño criado conforme las tradiciones convencionales de la antigua burguesía, y la de escritor latinoamericano insertado en el ambiente cosmopolita europeo- la base de historias cuyo encanto es el humor, la espontaneidad del trazo narrativo y la cualidad oral de la lengua.

Nacido en Lima en el seno de una familia acomodada y de apellido ilustre, continuó estudios de Letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y viajó en 1964 a París. Se doctoró en la Sorbona y luego enseñó por varios años en esa universidad y en las de Vincennes y Montpellier. Después trasladó su residencia a Madrid, donde se transformó en un autor legítimamente popular. Desde 1999 arraiga nuevamente en Perú.

Bryce tiene el don natural de transmitir, entretener, inventar tramas, hacer personajes. Sus relatos están sobrecargados de incidencias y peripecias que, teniendo concernientes reales (y numerosas veces autobiográficos), reciben un equivocación de precisión delirante. Podrían considerarse ejemplos de “realismo burlesco” por la alegre tranquilidad importante de sus personajes y las circunstancias grotescas en las que se ven envueltos. Bajo su amena superficie, sin embargo, se percibe una suave melancolía, una resignada elegía por los dorados tiempos de la infancia, por la juventud perdida o por el amor invariablemente fugitivo.

En 1968 recibió el Premio Casa de las Américas por su libro de cuentos Huerto cerrado, divulgado ese mismo año. Muchos consideran que su primera obra literaria en prosa, Un mundo para Julius (1970), es la mejor de todas por el preciso equilibrio entre la ironía crítica y el sabor nostálgico con los que evoca el mundo de la alta burguesía limeña -algo venida a menos sin embargo no de ahí que menos aristocratizante o menos celosa de sus buenas maneras-, desde el que el protagonista sale a conocer una realidad muy distinta.
En 1974 apareció su segundo libro de cuentos, La felicidad ja, ja. Sus siguientes ficciones son amplias narraciones con titanes peruanos llevados a Europa, cuyos vagos proyectos literarios se disuelven en una especie de bohemia internacional y en frustradas aventuras sentimentales. Ejemplos de ello son Tantas veces Pedro (1977), La vida exagerada de Martín Romaña (1981) y El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz (1985); las dos últimas forman parte del díptico titulado “Cuadernos de navegación en un sillón Voltaire”. Ha publicado también las novelas La última mudanza de Felipe Carrillo (1988) y No me esperen en abril (1995); libros de narraciones, como Magdalenta peruana y otros cuentos (1986) y Dos señoras conversan (1990), este último compuesto por las novelas cortas «Dos señoras conversan», «Un sapo en el desierto» y «Los grandes señores son así. Y también asá»; y sus “antimemorias” Permiso para vivir (1993). En 1997 publicó Reo de nocturnidad, novela agridulce sobre el insomnio, que ganó en España el Premio Nacional de Narrativa 1998. Sus últimas divulgaciones son La amigdalitis de Tarzán (1998), Guía triste de París (1999) y Crónicas perdidas (2002), una recopilación de textos de diversa naturaleza surgidos en la prensa entre 1972 y 1997. En 2002 consiguió el Premio Planeta por su novela El huerto de mi amada.

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