Alfonso X el Sabio

Alfonso X el Sabio (1221-1284), monarca de Castilla y de León (1252-1284), una de las figuras políticas y culturales más significativas del medievo en la península Ibérica y en el resto del continente europeo.

2 REY CASTELLANO Y ASPIRANTE AL TRONO IMPERIAL

Hijo del monarca Fernando III —en el cual confluyeron por fin los dos cetros que habrían de constituir la Corona de Castilla— y de la primera cónyuge de éste, Beatriz de Suabia —hija del emperador Felipe de Suabia—; nació el 23 de noviembre de 1221, en Toledo. Contrajo casamiento, en 1249, con Violante de Aragón, hija del monarca aragonés Jaime I el Conquistador. Con el fallecimiento de su padre, reanudó la ofensiva contra los musulmanes (dentro del proceso general de la Reconquista), ocupando las fortalezas de Jerez (1253) y Cádiz (c. 1262). En 1264, tuvo que hacer frente a una significativa rebelión de los mudéjares arraigados en el valle del Guadalquivir. La labor más codiciosa del Rey fue su aspiración al Sacro Imperio Romano Germánico, proyecto al que dedicó más de la mitad de su reinado. La última familia que había ostentado la titularidad del Imperio eran los Hohenstaufen, de la que descendía por línea materna Alfonso X. Junto al Rey Sabio apareció otro candidato al Sacro Imperio, el inglés Ricardo de Cornualles. En 1257, los siete grandes electores imperiales no unificaron su determinación y a lo largo de varios años el Imperio estuvo vacante, ya que ninguno de los dos candidatos consiguió imponerse. Finalmente, en septiembre de 1273, Rodolfo I de Habsburgo fue denominado emperador y, en mayo de 1275, Alfonso X renunció por fin al Imperio ante el papa Gregorio X.

Los últimos años de su reinado eran en especial sombríos. Desde 1272, un sector de la alta nobleza se enfrentó al monarca. Adicionalmente, el fallecimiento en 1275 del infante Fernando, primogénito de Alfonso X, abrió un librado pleito de sucesión. Los hijos de aquél, los denominados infantes de la Cerda, Alfonso y Fernando, pugnaron por la sucesión regia con el infante Sancho, segundo de los hijos de Alfonso X. Finalmente, fue este último infante el que consiguió imponerse en el cetro, al que accedió en 1284 —tras el fallecimiento de su padre—como Sancho IV.

En el terreno económico, Alfonso X facilitó el comercio interior en su reino con la concesión de ferias a copiosas villas y ciudades. El Rey fijó un sistema fiscal y aduanero avanzado que potenció los ingresos de la Hacienda regia. Su más conocida disposición en asuntos financieros fue el reconocimiento jurídico del Honrado Concejo de la Mesta, fundación aglutinadora de los intereses de la ganadería trashumante del reino.

3 EL REY SABIO

Una de las facetas más destacadas del reinado de Alfonso X fue su labor legisladora, indisolublemente asociada a la introducción en Castilla y León del Derecho romano. Bajo su impulso, se preparó un formidable corpus de escrituras jurídicos, tanto doctrinales como normativos. Sus obras más significativas en este terreno eran el Fuero Real, el Espéculo y el Código de las Siete Partidas.

Las grandes realizaciones del monarca en el ámbito de la cultura le merecieron con justicia el apelativo de ‘Sabio’. La nota más singular de su compañía cultural fue su vinculación simultánea a Oriente y Occidente. Con él se desarrolló en la Corona de Castilla una cultura de síntesis, en la que entraban ingredientes tanto cristianos como musulmanes y judíos. La fecundidad de la contribución entre intelectuales de las tres culturas tiene su máxima expresión en la Escuela de traductores de Toledo. Dentro de esta espléndida compañía cultural brilló con luz propia la ciencia astronómica, cuya obra más significativa eran las Tablas astronómicas alfonsíes, elaboradas en 1272. La actividad historiográfica de Alfonso X y de sus colaboradores se concretó en obras como la Estoria de España y la Grande e general estoria, escritas en lengua romance como prueba del significativo amparo del monarca al idioma castellano. En el campo de la poesía, Alfonso X nos ha transmitido un fabuloso repertorio de Cantigas, siendo las más conocidas las de carácter religioso o de Santa María. El monarca castellano-leonés potenció eminentemente los estudios musicales, y, en el terreno propiamente recreativo, destaca la obra que salió de los talleres alfonsinos con el nombre de Libros de axedrez, dados e tablas. Por lo que se refiere a la arquitectura, la obra más significativa llevada a cabo a lo largo de su reinado fue la catedral de León, finalizada años después del fallecimiento de Alfonso X, el cual tuvo lugar, el 4 de abril de 1284, en Sevilla.

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