Alexandr Nikoláievich Skriabin (1872-1915), compositor y pianista ruso, cuya música se caracteriza por una gran complejidad rítmica y melódica, con saltos ascendentes que hacen una atmósfera de misticismo. Nació en Moscú, estudió en el conservatorio de esta ciudad, donde después ejerció profesionalmente como docente de piano. A partir de 1903 se ocupó de escribir sus piezas al tiempo que realizaba giras de conciertos en las que representaba sus propias obras para piano.
Skriabin, muy influido por la teosofía, protegía la producción de todas las artes al servicio de la religión. Intentó procurar de esclarecer la relación entre tono y color con un clavier à lumières (teclado de color) que proyectaba en una pantalla los colores correspondientes a cada tono musical. Este invento jamás llegó a ser construido, por lo que su poema orquestal Prometeo o el Poema del fuego (1910) tuvo que ser representado con simples diapositivas de color. Skriabin reemplazó el sistema tonal convencional por el suyo propio inspirado en el ´acorde espiritual´ construido sobre intervalos de cuartas: do-fa sostenido, si bemol-mi, la bemol-re. Es autor de 10 sonatas para piano, la Sinfonía nº 3, El divino poema (1903) y El poema del éxtasis (1908) para orquesta. Skriabin, al fallecer, dejó sin terminar una obra a la que llamó Misterio que concebía como la expresión última de sus ideas. La ejecución de esta obra debía comunicar el advenimiento de una nueva humanidad.
— 34 visualizaciones.