Alberto Arvelo Torrealba (1905-1971), poeta, cronista y crítico literario venezolano. Nació en Barinitas y falleció en Caracas.
Si bien su obra poética, en especial su libro Cantas (1932), constituye lo más depurado de su obra, es bueno indicar que Arvelo cultivó la grave en Caminos que andan (1952), y la crítica literaria en Lazo Martí, vigencia en lejanía (1966). En el campo poético, Arvelo Torrealba sigue a Francisco Lazo Martí (1869-1909) en la representación literaria del llano venezolano.
Miembro de una descendencia siguiente a la de Lazo, Alberto Arvelo Torrealba consiguió investigar el indigenismo poético adecuándolo a las pautas de una estética más moderna. La visión del llano -Arvelo Torrealba era barinés, Lazo fue guariqueño (véase Guárico)-, lo rural, la zona tórrida, el vigor de la primavera, el horizonte amplísimo de la sabana, como él lo dice en sus Cantas, lo lleva hacia un verso más íntimo, en medio de aquella inmensidad en donde el hombre está abandonado y solo. Es en esa soledad donde Florentino, el coplero, el trovador llanero, se encuentra con el Diablo. El coloquio entre ambos aparece representado en el poema Florentino y el Diablo (1957), punto de partida de la obra sinfónica titulada Cantata criolla, de Antonio Estévez.
Adicionalmente de las obras citadas, Arvelo Torrealba fue autor de Música de cuatro (1928) y Glosa al cancionero (1940). Sus poemas aparecen en dos antologías elementales: una, de 1967, titulada Obra poética; otra póstuma, de 1972, denominada Antología regional. A partir del enfoque de su aporte a la recuperación de la poesía popular y folclórica, debe indicarse el uso de formas como la copla, el corrido y la décima.
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