Alarico I (c. 370-c. 410), monarca de los visigodos (396-410), nacido en una isla situada en el delta del río Danubio. A lo largo de su juventud, los visigodos emigraron al oeste, escapando del ataque de los hunos y sirviendo como tropas mercenarias auxiliares del emperador romano Teodosio I el Grande; las iniciales novedades que se tienen de Alarico le sitúan en el año 394 como jefe de dichas fuerzas. Al fallecimiento de Teodosio (395) los visigodos abandonaron a su lealtad a Roma, y designaron como monarca a Alarico, el cual pronto dirigió a sus tropas hasta Grecia; saqueó Corinto, Argos y Esparta y dispensó a Atenas apenas como moneda de cambio por un significativo rescate. Tras ser derrotado por el general romano Flavio Estilicón, Alarico se retiró con su botín y consiguió del nuevo emperador romano de Oriente, Arcadio, una comisión como prefecto de la provincia romana de Iliria. En el 402, Alarico invadió la península Itálica, sin embargo fue nuevamente declinado por Estilicón. Más hacia delante, el emperador romano de Occidente, Flavio Honorio, que se encontraba organizando una guerra contra el Imperio romano de Oriente, convenció a Alarico para que uniera sus fuerzas a las suyas.
Cuando Arcadio falleció en el 408, Roma dejó su plan de atacar a Oriente, por lo cual Alarico solicitó 1.814 kg de oro como compensación. A solicitud de Estilicón, el gobierno romano accedió a esta demanda, sin embargo poco después, Flavio Honorio ordenó la ejecución de Estilicón y anuló el pacto. Alarico invadió Italia, sitió Roma y solicitó un gran rescate. En el año 410, sus tropas tomaron y saquearon la capital del Imperio romano de Occidente. Una gran tormenta forzó a Alarico a dejar su próxima campaña, la invasión de Sicilia y el norte de África. Murió poco después y le ocurrió en el cetro visigodo su cuñado Ataúlfo.
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