Aislamiento de la acústica (ciencia)

Otro aspecto significativo de la acústica de una sala es el aislamiento de los sonidos no deseados. Esto se consigue sellando cuidadosamente cualquier rendija que pueda dejar pasar el sonido, empleando paredes gruesas y construyendo varios tabiques no unidos y separados por cámaras de aire.

Para evaluar las características acústicas de las salas y los materiales, los científicos emplean instrumentos como las cámaras anecoicas o los medidores de nivel de sonido. La cámara anecoica es una habitación libre de ecos y reverberaciones, en la que la totalidad del sonido es absorbido por pirámides de fibra de vidrio puestas en la superficie de las paredes y el techo. Un medidor de nivel de sonido mide la sensación sonora o magnitud fisiológica, que no es proporcional a la magnitud física (flujo de energía por unidad de tiempo). El medidor manifiesta el resultado en decibelios (dB), una unidad logarítmica que se explica a partir de cierta magnitud física umbral, I0, de tal forma que el número de decibelios de un sonido de magnitud I es: nº dB = 10 lg (I/I0). En una casa apacigua, un medidor de sonido anotaría unos 38 dB; una conversación normal incrementaría el valor hasta unos 70 dB; una alarma antiaérea puede alcanzar unos 150 dB; un avión a reacción, unos 120 dB. Cuando la magnitud física de un sonido se duplica, la sensación sonora aumenta en unos 3 dB; en el momento en que se cuadruplica, en unos 6 dB,… Los niveles de volumen, que dependen subjetivamente del oyente, se miden en unidades denominadas sonios y fonios.

Véase igualmente Grabación y multiplicación del sonido.

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