Agresión

Agresión, conducta cuyo propósito es provocar daño a un objeto o persona. La conducta violenta en el ser humano puede representarse como manifestación de un instinto o pulsión de destrucción, como reacción que aparece ante cualquier tipo de frustración o como respuesta aprendida ante circunstancias específicas.

En sus primeros estudios sobre la agresión, el neurólogo austriaco Sigmund Freud postuló que la agresión era una “reacción primordial” del ser humano ante su obstáculo de rastrear el placer o soslayar el dolor. Más hacia delante, sin embargo, sus indagaciones le llevaron a la conclusión de que en todo persona hay un instinto innato de destrucción y de fallecimiento.

Para otros terapeutas, la conducta violenta se encuentra conectada a la frustración. El psicoterapeuta americano John Dollard desarrolló la teoría de que la magnitud de la agresión es inversamente suministral a la magnitud de la frustración. Para Dollard, la frustración es una “interferencia que imposibilita llevar a cabo una respuesta de acercamiento al propósito en un determinado momento”. Esta teoría, muy controvertida en su etapa, ha pasado hoy a ser menos rotunda. Al parecer, la frustración genera un estado emocional que “predispone” a actuar de forma violenta, sin embargo apenas en específicas circunstancias y en personas propensas.

Por último, el aprendizaje juega un papel básico en la conducta violenta. Seres humanos y animales pueden aprender a evitar reaccionar de forma violenta ante circunstancias que desencandenan una respuesta hostil, y pueden, de forma paralela, actuar de forma violenta frente a circunstancias que no generan violencia. Véase igualmente Agresión (biología).

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