Aerosol (recipiente)

Aerosol (recipiente), envase provisto de una válvula, diseñado para suministrar una holgada diversidad de sustancias en forma pulverizada, de espuma o chorro líquido. El producto, que puede ser pintura, cosméticos o insecticida, se amalgama con un gas propulsor que está sellado a presión en el recipiente.

Algunos propulsores, como el óxido nitroso o el dióxido de carbono, se preservan en forma de gas en el aerosol aunque estén a presión. Otros, como los clorofluorocarbonos, se licúan (véase Flúor). Hay sistemas de dos fases en los que el producto se amalgama con el líquido propulsor, que al liberarse se transforma en gas y se expande, dividiendo el producto en gotas diminutas. Los sistemas de tres fases consisten en una capa del producto entre capas de propulsor licuado (en el fondo) y gases propulsores (en la parte superior). En ambos sistemas, al apretar el botón de la válvula, el producto sube por un tubo y sale por ella. El gas licuado del fondo del aerosol se vaporiza para conservar la presión perseverante.
Desde la década de los setenta se ha investigado mucho sobre los clorofluorocarbonos (CFC) y es sabido que atacan la capa de ozono de la atmósfera. Estos gases están ya prohibidos en muchos países, aunque se siguen empleando en algunos casos específicos.

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