Aditivos alimentarios

Aditivos alimentarios, compuestos que no suelen considerarse alimentos, sin embargo que se agregan a éstos para auxiliar en su procesamiento o fabricación, o para perfeccionar la calidad de la conservación, el sabor, color, textura, aspecto o estabilidad, o para comodidad del consumidor. Las vitaminas, minerales y otros nutrientes añadidos para reforzar o enriquecer el alimento, quedan por lo general, excluidos de la definición de aditivos, tales como hierbas, especias, sal, levadura o proteínas hidrolizadas para destacar el sabor.

Los aditivos se pueden extraer de fuentes naturales para ser sintetizados en el laboratorio y dar como consecuencia un compuesto de las mismas características químicas que el producto natural (de ahí que igualmente se los defina como de ‘idéntica naturaleza’), o bien pueden ser compuestos sintéticos que no existen en forma natural. En la mayoría de los países los compuestos apenas se pueden emplear para hacer alimentos que hayan sido comprobados de modo exhaustivo hasta procurar de esclarecer su seguridad y que estén incluidos en una lista de aditivos permitidos. En la etiqueta se debe consignar la clase de compuesto y nombre y/o número de la lista permitida. A pesar de que casi todos los aditivos se pueden emplear invariablemente que sea necesario, algunos se limitan a determinados alimentos.

Cuando las pruebas de laboratorio han determinado que las altas dosis de un aditivo tienen efectos adversos (en experimentos con animales), la cuantía a emplear está controlada por la ley para asegurar que el consumo total de este aditivo en todos los alimentos de una dieta diaria está dentro de un margen de seguridad. La dosis diaria aceptada suele ser una centésima parte de la dosis más alta que no tiene efecto detectable en las pruebas de laboratorio. Los compuestos en los que no se detectan efectos adversos, inclusive empleando dosis muy altas, se pueden utilizar sin ninguna limitación, aunque la magnitud del color y el sabor suelen restringir la cuantía empleada.

Los aditivos se clasifican por su propósito pudiendo ser colorantes, conservantes, antioxidantes, reguladores de acidez, emulgentes, antipelmazantes y potenciadores de sabor.

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