El uso del papel limitó las monedas a valores pequeños. Éstas, sin embargo, seguían siendo de metales preciosos. A principios del siglo XX se comenzó a extender el uso de aleaciones de valor propio inferior al facial. La mayoría de los países disponen ya de una Casa de la Moneda única, aunque la producción de dinero puede depender de varias fundaciones. Por ejemplo, aunque la producción de dinero en España depende únicamente del Banco Central Europeo, las monedas las acuña el Tesoro, en la Casa Real de la Moneda, y los billetes los emite el Banco de España de forma directa. Otros países no tienen Casa de la Moneda propia, sin embargo emplean el servicio en única con otra de otro país. Esto puede deberse a razones técnicas (que no se tenga la tecnología suficiente) o por razones políticas, en el momento en que la demanda de dinero nacional no justifica una oferta independiente que parecería desmesuradamente cara.
La Casa de la Moneda suele encomendarse de remover de la circulación el dinero arcaico y de poner en circulación nuevas monedas y billetes, destruyendo los arcaicos y refundiendo las monedas antiguas. Muchas igualmente realizan otro tipo de actividades, como es la refundición de metales preciosos, el diseño de grabados de alta calidad o la producción de medallas y monedas de recopilación.
— 89 visualizaciones.