Acuerdos de Camp David

Acuerdos de Camp David, denominación por la que son conocidos los pactos sellados el 17 de septiembre de 1978 en la ciudad de Washington por el presidente de Egipto, Anwar al-Sadat, y el primer ministro de Israel, Menajem Beguin, bajo el patrocinio del presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter.

Resultado de las negociaciones para hacerse con la paz en Oriente Próximo, conmemoradas entre el 5 y el 17 de septiembre de 1978 en la residencia presidencial americano de Camp David (estado de Maryland), sus resoluciones fueron el origen de un tratado de paz entre Egipto e Israel (sellado de igual forma en Washington el 26 de marzo del año próximo), que en la práctica no significó el fin de las enfrentamientos entre Israel y el conjunto de los estados árabes. Al-Sadat y Beguin recibieron el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos por solucionar este prolongado conflicto.

El propósito de los pactos era dirimir el conflicto entre árabes y judíos relativo al control de la región histórica de Palestina. Este conflicto había generado varias guerras en el momento en que en 1948, se fijó el Estado de Israel sobre buena parte del territorio palestino. Con el conflicto bélico de los Seis Días de 1967, Israel consiguió ampliar sus territorios: arrebató los Altos del Golán a Siria, Cisjordania a Jordania, y la franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto. Las naciones árabes pretendieron reembolsar estos territorios durante la Guerra Árabe-israelí de 1973 (conocida como guerra del Yom Kipur), en la que hicieron considerables progresos antes de ser rehusadas por las fuerzas israelíes. En noviembre de 1977, Al-Sadat visitó Jerusalén para comenzar las charlas de paz entre Egipto e Israel. Poco tras que las negociaciones arribasen a un punto muerto, Carter invitó a Al-Sadat y a Beguin, junto con sus respectivos consejeros, a su residencia en Camp David (Maryland) para conmemorar una serie de reuniones en septiembre de 1978. Al cabo de trece días, los jefes comunicaron dos pactos que servirían como base para la continuación de las negociaciones: un ‘marco para la paz en Oriente Próximo’ y un ‘marco para la sella de un tratado de paz entre Egipto e Israel’.

Este marco para la paz en Oriente Próximo perfiló los principios del tratado de paz global, alineado en el futuro de Cisjordania y la franja de Gaza. Se solicitaba, en una etapa de cinco años, la renuncia del gobierno militar de Israel (aunque ésta podía conservar algunas fuerzas en zonas específicas para respaldar su seguridad) y la elección por parte de los arraigantes de estos territorios de sus propias autoridades gubernamentales. Igualmente se acordó que Israel y Egipto, junto con Jordania y los ‘representantes del pueblo palestino’, llevarían a cabo negociaciones para sentenciar la situación de Cisjordania y la franja de Gaza, las relaciones entre Israel y Jordania y el derecho de la primera a tener unos límites seguros y reconocidos. La normativa de Egipto e Israel establecía la renuncia de las fuerzas de la península del Sinaí y la instauración de relaciones pacíficas entre los dos estados.

El gobierno egipcio aceptó los pactos el 19 de septiembre. Para Egipto, la conexión entre ambas resoluciones era crucial; por un lado, recelaba que los demás estados árabes consideraran el tratado de paz independiente entre Egipto e Israel como una traición a los palestinos. El Parlamento israelí ratificó los pactos el 28 de septiembre. Las negociaciones entre Egipto e Israel para llevar a la práctica los términos establecidos terminaron en un tratado de paz entre ambos países sellado en la Casa Blanca (residencia oficial del presidente americano, en la ciudad de Washington) el 26 de marzo de 1979. Las dos naciones dieron por concluida el conflicto bélico e canjearon embajadores. Israel fue retirando gradualmente sus tropas de la península del Sinaí.

A pesar de la paz alcanzada entre Egipto e Israel, ambas partes se exponían inaptos de realizar progresos trascendentes en el proceso de paz árabe-israelí. La mayoría de los estados árabes reaccionaron de forma negativa a los pactos y al tratado. La Liga Árabe expulsó a Egipto y trasladó su sede central, establecida en El Cairo, a Túnez. Otros países árabes rompieron relaciones con Egipto. Los sectores islámicos revolucionarios egipcios del Ejército egipcio asesinaron a Al-Sadat en octubre de 1981. En Israel, pese a que los pactos no contaban con el respaldo de los partidos radicales de derechas, Beguin renovó su mando en las elecciones de 1981.

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