Aceite de oliva

Aceite de oliva, zumo o jugo oleoso cogido por prensado en frío de la aceituna, fruto del olivo; es de color dorado o verdoso, denso y de aroma perfumado. La palabra aceite deriva del nombre árabe az-zait, que significa ‘jugo de oliva’.

Rico en ácido oleico (monoinsaturado) y escaso en linoleico y linolénico (poliinsaturados), hace que disminuyan los niveles de colesterol de baja densidad (LDL-colesterol) o ‘malo’ de las personas que lo consumen y aumenta los niveles de colesterol de alta densidad (HDL-colesterol) o ‘bueno’. Posee antioxidantes naturales por su contenido en α-tocoferol (vitamina E) y en polifenoles, cuyo constituyente destacado es el tirosol. Su color dorado verdoso se debe a los residuos de clorofila y pigmentos carotenoides.

Se han reseñado numerosas características dietéticas: contribuye a la regulación de la glucosa en la sangre, disminuye la tensión arterial, regulariza el funcionamiento del aparato circulatorio, mejora la absorción intestinal de los nutrientes y estimula el crecimiento óseo; además es vehículo para la absorción de las vitaminas liposolubles (A, D, E, K). El aceite de oliva se ha transformado en el estandarte de la revigorizada “dieta mediterránea”, dieta que se juzga una de las más recomendables. El clima suave y la tierra cálida que rodea el mar Mediterráneo suministran una gran diversidad de productos base de una dieta equilibrada: frutas, verduras, hortalizas, legumbres, pescado azul, vino, en especial el vino tinto, y aceite de oliva, tanto en crudo como en guisos y frituras.

— 51 visualizaciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *