Absolutismo

Absolutismo, sistema político en el que se confiere la totalidad del poder a un solo individuo o a un conjunto. Hoy el término se asocia casi en única con el gobierno de un dictador. Se considera el polo opuesto al gobierno constitucional de sistemas democráticos. El absolutismo se discrepancia de éstos en el poder ilimitado que manifiesta el autócrata, en contraste con las limitaciones constitucionales impuestas a los jefes de Estado de los países democráticos.

El desarrollo del absolutismo moderno inició con el nacimiento de los Estados nacionales europeos hacia el final del siglo XV y se prolongó durante más de 200 años. El mejor ejemplo se encuentra, quizá, en el reinado de Luis XIV de Francia (1643-1715). Su manifestación ‘L’Etat, c’est moi’ (‘El Estado soy yo’) resume con precisión el concepto del derecho divino de los soberanos. Una serie de revoluciones que inició en Inglaterra (1688) fue forzando pausadamente a los monarcas de Europa a proporcionar su poder a los gobiernos parlamentarios.

En la historia de España pueden discernirse dos clases de absolutismo; el primero, a imagen del que rigiera durante siglos en otros países europeos, se fundamentó en la concepción presidencialista del poder; el segundo, que marca una línea divisoria en el ámbito social y político, se exhibió permeable, a partir del siglo XVIII, a las ideas de los pensadores ilustrados y acogió modos políticos paternalistas que fueron denominados despóticos. Pero, esta influencia, no fue duradera y, a partir de la Constitución liberal de 1812, produjo el carácter agitado y sangriento del siglo XIX, y una alternancia agitada entre los gobiernos despóticos, nostálgicos del absolutismo, y las frágiles tentativas de los gabinetes liberales o constitucionalistas, que tendría su triste reflejo en la dinámica política del siglo XX: entre 1923 y 1975, con la pausa de la II República y la Guerra Civil española (1931-1939) dominaron la política del país dos largos regímenes absolutistas, las tiranías de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) y Francisco Franco (1939-1975).

En América Latina el absolutismo ha sido una perseverante política a lo largo de los dos siglos transcurridos desde su independencia. A lo largo del siglo XIX predominó un absolutismo de carácter conservador, campesino y latifundista, representante de las oligarquías criollas más convencionalistas. A lo largo del siglo XX el absolutismo ha adquirido formas autocráticas y dictatoriales más refinadas, semejantes a las de otras zonas del mundo, de carácter militarista, ideológico, entre otros.

Actualmente existen mandatarios absolutistas en muchos países, entre los que se hallan algunos de los Estados comunistas que han perdurado y algunos otros en Oriente Próximo y en África.

— 77 visualizaciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *