Abel Antón

Abel Antón (1962- ), atleta español que, desde sus comienzos como mediofondista, evolucionó hasta transformarse en un verdadero especialista en las pruebas de larga distancia, tendencia que se confirmó tras establecerse campeón del mundo de maratón en 1997 y 1999.

Nacido el 24 de octubre de 1962 en la localidad soriana de Ojoel, Abel Antón ya destacó en categoría júnior, designándose campeón de España en 1981 en las materias de cross y 5.000 metros. Su primer gran triunfo internacional llegó en 1986, en el momento en que, en La Habana (Cuba), consiguió la medalla de oro en los Juegos Iberoamericanos en la prueba de 5.000 metros. Un año después, igualmente en los 5 km, recibió el bronce en los Juegos del Mediterráneo conmemorados en la localidad siria de Lakatia. En 1988 intervino por primera ocasión en unos Juegos Olímpicos, sin embargo su actuación en Seúl (Corea del Sur) fue discreta y no sucedió de las semifinales en 5.000 m. Sus resultados perfeccionaron un año después en La Haya (Países Bajos), donde, en el intervalo del Campeonato de Europa Indoor (pista cubierta), consiguió la medalla de plata en la prueba de 3.000 metros. En Barcelona (España), en 1992, mejoró su anterior actuación olímpica, alcanzando ser octavo en la final de 5.000 metros.

Pero los mejores momentos de su carrera se encontraban aún por llegar. En 1994 fue al Campeonato de Europa de Atletismo al aire libre, que habría de conmemorarse en Helsinki (Finlandia), para competir en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros. Sus dos representaciones previas, ambas en 5.000 m, en la más importante cita del atletismo europeo no habían sido brillantes: no superó las series preliminares en Stuttgart (Alemania), en 1986, y hubo de conformarse con un undécimo puesto en Split (Croacia) cuatro años después. Pero en Helsinki todo fue diferente. Abel Antón, que ya contaba con más de 30 años de edad, consiguió una medalla de bronce en 5.000 y una de oro, que le proclamaba campeón de Europa, en 10.000 metros.

Tras el triunfo conseguido en Finlandia, el atleta soriano, que ya se había proclamado tres veces campeón de España de 5.000 m (1991-1993) y una de 10.000 m (1994), planificó su preparación para sumar a su velocidad en los metros finales una aptitud de resistencia que le facultara para el alto enfrentamiento internacional en largas distancias. En los Juegos Olímpicos conmemorados en Atlanta en 1996 fue decimotercero en la final de 10.000 metros. Sólo unos meses después, en septiembre del mismo año, corrió su primer maratón; fue en Berlín (Alemania) y recibió la prueba. Sus segundos 42,195 kilómetros los disputó en la afamada maratón de Kyǒngju en marzo de 1997 y, nuevamente, cruzó la línea de meta en primera posición. En agosto de ese mismo año, en Atenas (Grecia), afrontó su quinto Campeonato del Mundo de atletismo. Con precedencia había intervenido en los de Roma (1987), Tokio (1991), Stuttgart (1993) y Göteborg (1995), sin embargo jamás había conseguido medalla. En Atenas, Antón, que compitió en maratón, pudo aguantar el ataque protagonizado, a falta de casi 20 kilómetros para meta, por su compatriota y en aquel momento campeón del mundo, Martín Fiz, y rebasar a éste en los últimos momentos de la prueba para conquistar la medalla de oro y establecerse campeón del mundo. La selección española de maratón (que, además de Antón y Fiz, integraban Fabián Roncero, Alberto Juzdado, Diego García y José Manuel García), recibió ese mismo año el Premio Príncipe de Asturias de Deportes.

El nuevo campeón mundial continuó interviniendo en diferentes maratones: fue cuarto en el de Fukuoka (Japón) el 7 de diciembre de 1997, se impuso en el que tuvo lugar en Londres (Reino Unido) el 26 de abril de 1998 y tuvo que retirarse en el conmemorado en Nueva York (Estados Unidos) en noviembre de este último año. Su definitiva consagración como uno de los mejores maratonianos de todos los tiempos sucedía el 28 de agosto de 1999, en el momento en que, en el intervalo del Campeonato del Mundo de Atletismo librado aquel año en Sevilla (España), recibió la medalla de oro, revalidando el triunfo que conquistara dos años antes en Grecia y convirtiéndose, así, en el primer bicampeón mundial de la más reclamante prueba atlética. Menos fortuna tuvo en los Juegos Olímpicos desarrollados en la ciudad australiana de Sydney un año después, en los que apenas pudo ocupar la posición 53. Se despachó de la alta enfrentamiento, junto con Fiz, el 28 de octubre de 2001, riñendo el Millennium Marathon de Madrid.

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